Página:Platón - La República (1805), Tomo 1.djvu/311

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más bárbaros y más vergonzosos. Murió el año 585 antes de Jesu-Christo.

^(35)  No he podido adquirir noticia de otro Perdiccas, que de un general de Alexandro el grande, cuya vanidad, orgullo, dureza e imprudencia sublevaron sus principales oficiales y degollaron en su tienda año 322 antes de Jesu-Christo. Esta época no puede convenir al tiempo en que se supone tuvo Sócrates los coloquios sobre la justicia en casa de Céphalo, que por lo menos debió de ser 410 años antes de Jesu-Christo, y de consiguiente sería acaso algún ascendiente suyo del mismo nombre y carácter, que conviene mucho con el que insinúa Platón en este lugar.

^(36)  Xerxes. Rey de Persia, hijo de Dario, a quien sucedió año 485 antes de Jesu-Christo. Su primer cuidado fué de continuar los preparativos que su padre había hecho contra Equipto, recuciéndole baxo su poder, y dexando allí a su hermano Achemenes para gobernarle. Animado con este suceso emprendió su marcha contra los griegos, llevando un exército de 8006 hombres y una armada de 16 velas. Llegado al estrecho de las Termópilas, donde le esperaba Leónidas rey de Esparta con 46 hombres, que fueron reducidos en breve a solos 300, le disputaron estos el paso por mucho tiempo, e hicieron en su exercito una horrible carnicería. En seguida le ganaron los atenienses la famosa batalla naval de Salamina y esta pérdida seguida de diferentes naufragios de los persas, le obligó a retirarse vergonzosamente a sus estados, en donde disgustado de la guerra se abandonó a los atractivos del luxo y del deleite. Artabano capitan de la guardia de inteligencia con su camarero, le mató durmiendo año 465 antes de Jesu-Christo. No tenia más que el exterior y el aparato del poder, faltándole aquellas cualidades que hacen a los reyes verdaderamente poderosos. Dueño del imperio más vasto que hubo entonces en el mundo, y cabeza de insuperables exércitos, se miraba como el soberano de la naturaleza, pretendiendo sujetar hasta los elementos: pero vió estrellarse sus fuerzas y su orgullo contra un puñado de hombres