vencion del arte de curar, insinuada aquí por Sócrates como acaecida en su tiempo, debe referirse al eminente grado de perfección, a que, juntando el raciocinio a la observación, y la observación al raciocinio supo elevar el sabio Hipócrates la medicina, colocando entre las ciencias a la que había encontrado sumergida en confusión, sin orden ni método; por lo que fue mirado desde entonces como el primer autor y padre de la medicina dogmática.
(47) En las otras artes. Es cierto y evidente que todas las ciencias y artes en cuanto tales, no se ocupan de otra cosa que de la perfección y ventaja de sus objetos y artefactos, como puede convencerse cualquiera que las recorra en particular: debiéndose atribuir los defectos que en ellos se encuentran a falta de ciencia o arte en el profesor, y no a las ciencias y artes que permanecen siempre perfectas en sí mismas, y de su naturaleza no se proponen otra cosa que la total perfección de sus objetos.
(48) Ama de leche.Pregunta insulsa y gran despropósito, pero muy común en todos los que revestidos del carácter de Thrasímaco se hallan cortados en una disputa, sin saber qué responder, ni encontrar otra mejor salida; que por cierto no puede ser peor, para los que tienen un poco de juicio y algo de crianza.
(49) No me persuadiríais.No es de extrañar que Sócrates aún oídas las aparentes ventajas que alegó Thrasímaco a favor del injusto y de su injusticia, no se pudiese persuadir a que su estado fuese mas feliz y dichoso que el del hombre justo. Porque Platón bajo la persona de Sócrates quiso encubrir la de un verdadero y juicioso filósofo, que no se deja llevar con facilidad de apariencias y exterioridades; sino que sabe apreciar por medio de su razón libre de afectos lo substancial y sólido de las cosas, despreciado lo vavno y aunque a primera vista provechoso, en realidad perjudicial que llevan consigo. Lo que sí se debe admirar es, que Thrasímaco haya tenido en todos tiempos y tenga en los presentes tantos partidarios especulativos y muchísimos