Página:Platón - La República (1805), Tomo 1.djvu/346

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que en este mismo punto nació, murió y resucitó el Redentor del género humano, á fin que se hiciese notoria á todo el mundo tanta salvación, y pudiese por igual anunciarse á todos los beneficios divinos.

(11) Descubrir. Es evidente que Sócrates, ó por mejor decir Platón, habla aquí de quatro cosas de las quales una encierre las otras tres, como la justicia encierra la prudencia, la fortaleza y la templanza, sin lo qual lo que aquí dice no haría ningun sentido razonable. Aunque es cierto que estos son unos principios o axiomas parecidos a las verdades de Perogrullo; con todo en un genio matemático como el de Platón, que las aplica para demostrar sus investigaciones pueden muy bien disimularse. En efecto habla supuesto Platón que para establecerse una buena república debia encontrarse en ella el buen consejo y vigilancia por el bien general del estado entero en los que la gobiernan; la perfecta concordia entre los magistrados y los ciudadanos: la idea legítima é inalterable de lo que es de temer y de lo que no lo es: y por último aquella virtud por la qual cada uno de los ciudadanos se limitaba a desempeñar su ocupación sin meterse en la de otro de consiguiente aegriugado que auqellas tres primeras propiedades pertenecían á las virtudes de la prudencia, templaza y fortaleza; se inferia claramente que la quarta que estaba por averiguar y que realmente las incluia a otdas, no podia ser otra cosa que la justicia.

(12) Hermosas. XXXXX. Difíciles son als cosas que son hermosas. En varios pasages de sus diálogos se vale Platón de este provverbio, cuyo origen se atribuye á que Periando Corintio, habiendo gobernando á los principios afable y moderadamente, vueltas ss costumbres, empezó á obrar como tirano. Sabido esto por Pittaco de Mitylene y desconfiando de su constancia, renunción el mando y se expatrió. Preguntándole después algunos, por qué causa se había retirado, respondió: que era cosa muy árdua el ser bueno, puesto que se había mudado Periandro. Lo qual divulgandose llegó á noticia de Solón, y añadió este su apotegma,