riesgos, que encontramos un gran mérito en salvar.
Porque en efecto; Hugo, Dumas, Balzac, Jorge Sand, Federico Soulié, el mismo Lamartine, despues de la publicacion de Jocelyn y la Chute d'un Ange — esa literatura escéptica y descreída que cuestiona ó vacila cuando se le pregunta por Dios, por sus altares, por las leyes que rigen al hombre y al universo, ó contesta con el Hamlet de Shakespeare — palabras! palabras! nada mas que palabras! — ¿tiene un solo éco que responda á nuestras necesidades? — Si la hacemos caer en el corazon de nuestro pueblo, ¿qué podrá inducir sinó trastornos, qué habrá de engendrar sinó catástrofes? — Nosotros creemos que es preciso huir tanto de la literatura atéa, como de la literatura pagana; de la desesperación de Byron, como de la inapeable fatalidad de Sófocles.
La base de todo pensamiento fecundo, el fundamento de toda opinion, de toda ciencia, de toda fé, es la religion. — La falta de un dogma religioso cualquiera, es la causa matriz de la instabilidad de las creencias de la época actual, el motivo radical de la bajeza de sus sentimientos y necesidades, la razon íntima y secreta de todas las perplejidades, tristezas y miserias contemporáneas. Es patente que cuando las naciones no tienen un dogma esplícito que ilumine su inteligencia, una fé viva y ardiente que vivifique su alma y aliente su voluntad, están en la imposibilidad moral de poseer una literatura importante y profunda,