Y que traen en sus oidos,
Bullendo, las vibraciones
De las celestes canciones
Que oye la divinidad.
Y que traen en su cabeza,
Mezcladas con armonias,
Las valiosas pedrerias
De los vates del Señor.
Joyas de inmensa riqueza,
Que por los labios asoman
Y que los hombres las toman
Sin conocer su valor.
Pero al traer de los cielos
El gérmen de poesia,
De triste melancolia
Trajiste el gérmen tambien.
Que es el poeta en los suelos
Lo que una lámpara bella:
Lumbre su frente destella
Y hay una sombra á su pié.
Lo tumba Dios en el mundo
Sin denso velo en los ojos,
Y el mundo tan solo abrojos
Le hace en su senda mirar.
Sigue al destino iracundo
Siempre á su seña lidiando,
Y es un bajel batallando
Con los impetus del mar.
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