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para perdernos. Estábamos en el delirio del placer y teníamos la espada suspendida sobre nuestras cabezas. El hilo que la sostenía se iba a romper; pero para explicar todas las circunstancias de nuestra ruina, hay que remontarse a la causa.

G M iba seguido por un lacayo cuando le detuvo el Guardia de corps. Aquel muchacho, asustado por la aventura de su amo, salió huyendo, y el primer paso que dió para socorrerle fué ir a avisar al viejo G M de lo que había ocurrido.

Tan mala noticia le alarmó mucho al viejo No tenía más que aquel hijo, y para sus años era un hombre de extremada vivacidad. Quiso primeramente que el criado le contara cuanto su hijo había hecho durante toda la tarde; si había reñido con alguien, si se había mezclado en alguna cuestión de otras personas, si había estado en algún sitio sospechoso. El criado, que se imaginaba a su amo en el mayor peligro, y juzgaba, por lo tanto, que no debía perdonar medio para socorrerle, descubrió todo lo que sabía de su amor por Manon, y del gasto que hiciera por ella; la manera cómo pasó la tarde en casa hasta eso de las nueve, su salida y su desgraciado retorno. Aquello fué lo suficiente para hacer suponer al viejo que el asunto de su hijo era de faldas. Aun cuando eran lo menos la diez de la noche, no vaeiló en acudir al jefe de Policía. Rogole que diera órdenes especiales a todas las secciones de la ronda, y haciéndose acompañar por gival by