I | PRIMER VIAJE EN TORNO DEL GLOBO | 65 |
España por la misma ruta que acabábamos de hacer. Este piloto era Esteban Gómez, que odiaba a Maga- llanes por la única razón de que cuando éste vino a España para proponer al emperador el ir a las islas Molucas por el Oeste, Gómez había pedido, y estaba a punto de conseguir, para una expedición el mando de unas carabelas. La expedición tenía por objeto el hacer nuevos descubrimientos; mas la llegada de Ma- gallanes dio lugar a que se rehusara su petición y que no pudiese conseguir mas que una plaza subalterna de piloto; pero lo que más le irritaba era estar a las órde- nes de un portugués. Durante la noche se concertó con los otros españoles de la tripulación. Encadenaron y hasta hirieron al capitán del navio, Alvaro de Mez- quita, primo hermano del capitán general, y así le con- dujeron a España. Contaban también con llevar vivo a uno ,áe los dos gigantes que habíamos aprisionado y que estaba a bordo de su navio; pero supimos a nues- tro regreso que murió al acercarse a la línea equinoc- cial por no poder soportar el calor.
El navio la Concepción, que no podía seguir de cerca al San Antonio, no hizo mas que cruzarse en el canal para esperar en vano su vuelta.
Río de las Sardinas. — Habíamos entrado en el canal Suroeste con los otros dos navios, y continuando nuestra navegación, llegamos a un río que llamamos de las Sardinas (1), a causa de la inmensa cantidad que vimos de estos peces. Anclamos allí para esperar a los otros dos navios, y pasamos cuatro días; pero durante este tiempo se envió una chalupa muy bien equipada para que reconociese el cabo de este canal que desem- bocaría en otro mar. Los marineros de la chalupa vol-
(1) Los navegantes posteriores no mencionan este río, el cual desciende probablemente de la Tierra del Fuego. No hablan tam- poco de las sardinas que sorprendieron a nuestro autor por su gran cantidad, lo que no es extraño, porque estos peces, en sus emigraciones, permanecen muy poco tiempo en el mismo sitio.