Página:R.E.-Tomo VI-Nro.23-Id.03.djvu/2

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Canta Moises, y la tremenda historia
Canta del Cielo y del Eden vedado,
y al hombre despojado de su gloria.

Canta de los Profetas el sagrado
Coro, y sus misteriosas armonías
La historia son del primordial pecado.

Llora con llanto eterno Jeremías,
David vé á Dios ceñudo é iracundo,
Tiembla Jerusalen ante Isaías.

Y Job, envuelto el rostro en polvo inmundo,
Á decir su dolor no encuentra nombres,
Y lanza un ¡ay! que aun estremece al mundo.

Canta Homero, profeta de los hombres.
Si los otros de Dios, el que esa lira
Te dio, ¡gran Dante! con que al mundo asombres.

Canta, y canta de Ilion la inmensa pira,
Y del Aquivo el funeral trofeo,
Y de los Dioses la tremenda ira.

Canta Esquilo, y nos canta á Prometeo,
La roca insuperable del destino,
Y el eterno buitre del deseo.

Prosigue el hombre su fatal camino,
Y cuando el mundo con su peso oprime
El Capitolio del poder latino,

Canta Virgilio, y si su voz sublime
Canta de nuevos siglos nueva aurora,
Roma asombrada con su canto gime.

Mas ¡ay! ya viene el que en los Cielos mora,
El que el Oriente y Occidente espera,
El que la triste humanidad implora.