Página:R.E.-Tomo VI-Nro.23-Id.03.djvu/3

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¿Dolor?... ¿Siempre dolor? En su carrera
El Hombre-Dios exhalará un gemido
Que oirán todos los vivos cuando él muera;

Y será tu Evangelio prometido
La historia ¡oh Dios! de la miseria humana,
Escrita con la sangre de tu Ungido;

Y en visión iracunda y soberana
Verá San Juan ante sus turbios ojos,
Del cáos humano y de la muerte hermana,

En la hora de los últimos despojos
La Bestia Apocalíptica triunfante
Del mundo apacentarse en los despojos.

Sucumbe Roma, la nación gigante,
Y corre desde el mudo Capitolio
Al Gólgota inmortal la Europa infante.

Cesa el canto oriental y el ritmo eölio.
No hay Moises, no hay Homero. Dante sube
De la suprema inteligencia al sólio.

Su canto oid. Arrebolada nube
De robusta y magnífica armonía
Le circunda la sien como á un querube.

Acaso ya tras la hecatombe impía
El hombre va á escuchar por vez primera
Un himno de esperanza y de alegría.

Ya alza los ojos á la ardiente esfera,
Ya resuena en su voz y en su alma late
La voz y el alma de la Europa entera.

Ya va á cantar el inspirado vate,
Ya retiembla la lira entre sus manos...
¡Lasciate ogni speranza, voi ch'entrate!