Página:R.E.-Tomo VIII-Nro.29-Id.08.djvu/3

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

dinastía de Borbon, se disputaban el triunfo la idea del pasado y la del porvenir; logrólo al cabo ésta, y de entonces data nuestra regeneración, que si no ha sido tan completa y fecunda como podíamos esperar, se debe á obstáculos que tal vez ahora desaparezcan para siempre. O'Donnell consiguió desde los primeros años de la guerra alto renombre militar, sellando con su sangre su unión con la causa constitucional á que permaneció fiel toda su vida; su valor y su pericia le valieron la Cruz laureada de San Fernando, testimonio auténtico, en quien la alcanza, de verdadero heroismo, y el haber llegado á General cuando apenas habia entrado en la mayor edad, siendo un hecho de armas glorioso la ocasión y el motivo de cada uno de sus ascensos. Ya como Jefe de Estado Mayor del ejército del Norte, manifestó todas sus grandes cualidades militares, á las que debió que el Gobierno le nombrase General en Jefe del ejército del Centro, donde la causa liberal llevaba la peor parte, siendo Cabrera el terror y el dueño de aquellas comarcas. Con los escasos elementos que en ellas habia, logró O'Donnell cambiar completamente la faz de las cosas, llevando á las tropas que mandaba de victoria en victoria desde Lucena hasta Cenia, y contribuyendo eficaz y poderosamente á la terminación gloriosa de aquella terrible y fratricida guerra.

Una de las particularidades que mayor interés dan al libro del Sr. Navarro y Rodrigo, consiste en que desde el párrafo quinto al décimo inclusive se contiene la única memoria autógrafa que ha quedado del General O'Donnell, en la cual refiere con la exactitud y competencia que es de suponer, toda la brillante campaña del ejército del Centro durante la época que estuvo á sus órdenes; documento cuyo valor histórico no es necesario encarecer, y cuya curiosidad es tanto mayor, cuanto que, como dejamos dicho, es el único escrito de un hombre que por serlo principalmente de acción, no se dedicó á este género de trabajos.

Es ya imposible que recorramos, ni aun con rapidez, las fases principales de la vida pública del Conde de Lucena. Recordaremos sólo, que terminada la guerra civil, no siguió al General Kspartero, desaprobando los actos que le llevaron al puesto elevadísimo de Regente del Reino, y, habiendo tomado parte en los sucesos de Octubre de 1841, demostró en Pamplona aquellas calidades de que dio tan altas muestras en 1854. Después de su mando en Cuba, donde estuvo cinco años, durante los cuales adquirió tan grande importancia, y desarrolló tanta riqueza aquella importantísima colonia, volvió á España, y en el puesto importante de Director general de Infantería prestó los servicios que podían esperarse de su competencia en las cosas militares, y singularmente en el arma de que procedía, y por la que tenia tanto entusiasmo. La funesta reacción que se intentó en nuestra pátria en 1851, determinó la actitud política del General O'Donnell, quien desde entonces se consagró por completo al triunfo de la causa liberal, que corría grandísimos peligros. Los sucesos ocurridos desde Enero del 54 en que se ocultó en esta Corte para no someterse á la orden de destierro dictada por el Ministerio del Conde de San Luis, hasta el alzamiento en 28 de Junio del mismo año, tienen todo el interes de una novela, y, aunque rápidamente, los refiere con gran novedad el Sr. Navarro. Igualmente las páginas que se dedican en este libro á narrar lo sucedido hasta las jornadas de Julio del 56, son interesantísimas y dan idea exacta de la posición que desde aquella época alcanzó O'Donnell como jefe de partido y como hombre de gobierno. La situación que entonces se