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Página:R.E.-Tomo XV-Nro.60-Id.01.djvu/19

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La Guerra — 515
XII.

Los demás Estados europeos tienen intereses más ó menos directos en la lucha; pero hasta ahora se conservan en la neutralidad.

Austria no puede ver con indiferencia lo que pasa. Sobre el Rhin y el Mosa se está decidiendo acerca de su porvenir. Alli se trata principalmente de confirmar ó deshacer la obra de Sadowa. Pero Austria tiene poderosas razones para permanecer inactiva ó para caminar despacio. En primer lugar, sus procedimientos jamas han sido muy precipitados; acaso para hacer la paz, se ha dado algunas veces demasiada priesa; pero nunca para emprender la guerra. No es la primera ocasión en que se contenta con ser mera espectadora de contiendas que directamente le interesan: en la guerra de Oriente, se trataba también de su porvenir político sobre el Danubio, más que del de las naciones occidentales. En segundo lugar, están muy divididas las opiniones de sus habitantes y de sus hombres de Estado: los que se sienten animados de espíritu germánico, cualesquiera que sean sus rencores respecto de Prusia, vacilan en declararse en su contra cuando la ven pelear por la preponderancia del germanismo en Europa; los Eslavos y los Magyares tto quieren contribuir á que el Imperio austro-húngaro vuelva á ser principalmente alemán. Y en tercer lugar, el temor á la intervención de Rusia en la guerra es una remora eficaz contra la de Austria.

Rusia no ve, ciertamente, con entusiasmo la amenaza de un Imperio unitario germánico de más de cuarenta millones de habitantes; pero, con sus ojos fijos siempre en Oriente, sólo en Austria y en Inglaterra ve rivales y enemigos eternos. Salvaría á Prusia, si la viese seriamente amenazada, para conservar el más útil y más seguro de sus aliados; pero prefiere reducir su papel á contener á Austria dentro de sus fronteras.

Inglaterra ha determinado con toda claridad los objetos de su política internacional, reduciéndolos á tres; la conservación de la neutralidad de Bélgica, que aleje de la cindadela de Ambéres la bandera de guerra de una gran potencia militar; el mantenimiento ó el restablecimiento más inmediato posible de la paz, que es el alma de su asombroso comercio y la vida de su vastísima