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la dicha en vez del camino de la gloria que, desgraciadamente, escogí; y, no obstante, no quennía morir sin haber dejado en la memoria de alguien esa prolongación de nuestra existencia en la existencia de otro, que se llama un sentimiento, única inmortalidad en que creo, Ese sentimiento no puede ser sino un poco de gratitud; y noto que es de vos de quien querría obtenerlo.

Mas para eso—añadió más tímidamente sería necesario que tuvieseis el valor de aceptar a los ojos del mundo, y para el mundo solamente, el nombre, la mano, la unión de un viejo que no sería más que un padre con el título de esposo y que no pediría, a tal título, más que poder recibiros en su casa y queneros como a una hija.

"Calló y se retiró, negándose a recibir aquel día la respuesta, respuesta que ya tenía yo en los labics. Era el único hombre, entre todos los que visitaban la casa, que me había mostrado otro sentimiento que esa admiración vulgar y casi insolente que delatan las miradas y las exclamaciones, y que para la inocencia y la timidez tienen tanto de ofensa como de homenaje. Yo no conocía el amor; no sentía en mí más que el vacío de todo lazo de familia, y me parecía dulce encontrarlo en un padre cuyo corazón me había adoptado con tanta generosidad. Hallaba un asilo honrado y seguro contra la incertidumbre de la existencia en que iba a ser lanzada el cabo de unos meses; un hombne célebre que sería mi diadema; cabellos blancos, pero blancos bajo la fama,