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Amalia D. Soler

sas sumas que se gastan en misas y en responsos, en lápidas y flores con que solemnizan y conmemoran el día de los difuntos?...

¡Oh! la humanidad tiene cataratas y el oculista llamado progreso, no ha podido aún hacer la operación á tanto ciego de entendimiento.

Por eso, queridísimo hermano, el Espiritismo es una planta exótica que no puede crecer en el erial de la tierra, aún no es tiempo, no.

Dicen, y dicen muy bien, que los grandes cadáveres históricos tardan muchos siglos en descomponerse, y el fanatismo con sus templos y sus ídolos, sus ceremonias y sus sacrificios, ¿cómo ha de aceptar al Espiritismo que no necesita grandiosas basílicas, ni alto ni bajo clero, doctrina que no dá lugar á ninguna especulación... y que no pide para sus muertos más que un pedazo de tierra y una plegaria que brote del corazón?...

A los espiritistas nos llaman locos, tienen razón; por que locura es en nosotros, pretender que una sociedad tan individualista ponga en práctica el único artículo de que se compone la ley de Dios.