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330 Biblioteca de los Americanistas.

indios, fuera de los mestizos, mulatos y negros arrieros que en él tienen sus casas y familias, y sirven de pervertir y desaforar muchos indios llevándolos con sus recuas á otros reinos, donde se quedan perdidos, contra la ordenanza quinta del Adelantado:[1] que otras no he podido ver, gracias á la virtud de los escribanos.

Son estos indios de blando y dócil natural, muy obsequiosos y pulidos en el ornato de sus personas, visten á la española, y son aplicadísimos, más que á la cultura de los campos, á las obras de mano y de cortados;[2] como que con especialidad cortan, de hojas de árboles de diversos colores sobre dibujo, arcos adornados de este género de imaginaria muy primorosos, engarzando y embutiendo con hilo delgado los colores de hojas que demanda un tigre, un pájaro ó un hombre, que á la verdad es admirable obra, aunque no sea preciosa; admirando más el buscar aquel género de hojas ó cogollos de pencas, que conservar su color con toda la natural viveza por todo el tiempo de uno ó dos años, hasta que corrompido el hilo de su costura, suelta aquella labor primorosa. Précianse estos indios de Santa Inés de ser descendientes de los tlaxcaltecos que vinieron á la conquista, y en el lenguaje mexicano que usan y traje que visten las indias parecen de aquella generación.

Los numerosos y crecidos pueblos que dan servicio y copia de gañanes á las labores de este excelente y fecundo Valle de Mesas son cinco, que por crecidamente numerosos y contiguamente inmediatos son suficientes para este ministerio; que son: el de Amatitlán, San Cristóbal, pueblo abastecido de maíz, frisoles, piñas, melones y sandías en copia maravillosa, el de Petapa, Santa Inés, y el de la Magdalena; á cuya atenta cultura rinden los feraces, ricos campos de este valle incansables y abundantes coaechas de trigo, cebada y otros generosos útiles granos , sin que jamás yerre ni falte la segura producción del país, ni le repela ni

  1. Libro II de Cabildo, fol. 101.
  2. Torquemada, cap. XXXIV, fol. 527.