dos Atayos, y estos tenian guerra con los Susolas, con quien se flechauan cada dia. Y como por toda la tierra no se hablasse sino en los misterios que Dios nuestro Señor con nosotros obraua, venian de muchas partes a buscarnos para que los curassemos, y a cabo de dos dias que alli llegaron vinieron a nosotros vnos indios de los Susolas e rogaron a Castillo que fuesse a curar vn herido e otros enfermos, y dixeron que entre ellos quedaua vno que estaua muy al cabo. Castillo era medico muy temeroso, principalmente quando las curas eran muy temerosas e peligrosas, e creya que sus peccados auian de estoruar que no todas vezes suscediesse bien el curar. Los indios me dixeron que yo fuesse a curarlos, porque ellos me querian bien e se acordauan que les auia curado en las nuezes e por aquello nos auian dado nuezes e cueros, y esto auia passado quando yo vine a juntarme con los christianos, e assi huue de yr con ellos y fueron comigo Dorantes y Esteuanico. Y quando llegue cerca de los ranchos que ellos tenian yo vi el enfermo que yuamos a curar, que estaua muerto, porque estaua mucha gente al derredor del llorando, y su casa deshecha, que es señal que el dueño estaua muerto. Y ansi, quando yo llegué hallé el indio los ojos bueltos e sin ningun pulso e con todas señales de muerto, segun a mi me parescio, e lo mismo dixo Dorantes. Yo le quité vna estera que tenia encima con que estaua cubierto, y lo mejor que pude supliqué a nuestro Señor fuesse seruido de dar salud a aquel y a todos los otros que della tenian necessidad. Y despues de santiguado e soplado muchas
Página:Relación de los naufragios y comentarios (Tomo I).djvu/122
Apariencia