ueyo de ropas, camisas, callones y otras cosas con que fueron remediados, y proueyo a muchos de ar- mas, que no las tenian, todo a su costa, sin intere- sse alguno, y rogo a los officiales de Su Magestad que no les hiziessen los agrauios y vexaciones que hasta alli les auian hecho y hazian, de que se que- rellarian del los grauemente todos los conquistado- res y pobladores, assi sobre la cobranza de deudas deuidas a Su Magestad, como derechos de vna nueua impusicion que inuentaron y pusieron, de pescado y manteca, de la miel, maiz y otros man- tenimientos, y pellejos de que se vestían, y que auian y comprauan de los indios naturales; sobre lo qual los ofíiciales hizieron al gouernador mu- chos requerimientos para proceder en la cobranza y el gouernador no se lo consintió, de donde le co- braron grande odio y enemistad y por vias indi- rectas intentaron de hazerle todo el mal y daño que pudiessen, mouidos con mal zelo, de que re- sulto prenderlos y tenerlos presos por virtud de las informaciones que contra ellos se tomaron.
CAPITULO DIEZ Y NUEUE
COMO SE QUERELLARON AL GOUERNADOR DE LOS IN- DIOS GUAYCURUES
Los indios principales de la ribera y comarca del rio del Paraguay y mas cercanos a la ciudad de la Ascensión, vassallos de Su Magestad, todos juntos parescieron ante el gouernador y se quere- llaron de vna generación de indios que habitan