se abrago al pescueco de la 5'egua en que yua el cauallero y con tres flechas que Ueuaua en la ma- no dio por el pescueco a la yegua, que se lo passo por tres partes, y no lo pudieron quitar hasta que alli lo mataron. Y si no se hallara presente el go- uernador, la victoria por nuestra parte estuuiera dubdosa. Esta gente destos indios son mu}^ gran- des y muy ligeras; son muy valientes y de grandes fuergas; viuen gentilicamente; no tienen casas de assiento; mantienense de monteria y de pesquería; ninguna nación los venció sino fueron españoles. Tienen por costumbre que si alguno los venciesse se les darían por e^lauos. Las mugeres tienen por costumbre y libertad que si a qualquier hombre que los suyos ouieren prendido y captiuado, que- riéndolo matar, la primera muger que lo viere lo liberta y no puede morir, ni menos ser captiuo. Y queriendo estar entre ellos el tal captiuo lo tratan y quieren como si fuesse dellos mismos. Y es cier- to -que las mugeres tienen mas libertad que la que dio la reyna doña Ysabel nuestra señora a las mu- geres de España. Y cansado el gouernador y su gente de seguir los enemigos se boluio al real y recogida la gente con buena orden comenco a ca- minar boluiendose a la ciudad de la Ascensión. E yendo por el camino, los indios Guaycurues por muchas vezes los siguieron y dieron arma, lo qual dio causa a que el gouernador tuuíesse mucho tra- bajo en traer recogidos los indios que consigo lleuo, porque no se los matassen los enemigos que auian escapado de la batalla, porque los indios Guaraníes que auian ydo en su seruicio tienen por
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