costumbre que en auiendo vna pluma o vna flecha o vna estera de qualquiera de los enemif^os, se vie- nen con ella para su tierra solo, sin aguardar otra ninguno, y assi acontescido matar ve^-nte Guaycu- rues a mil Guaraníes tomándolos solos y deuidi- dos; tomaron en aquella jornada el gouernador y su gente hasta quatrocientos prision-eros entre hombres y mugeres y mochachos. Y caminando por el camino la gente de a cauallo alancearon y mataron muchos venados, de que los indios se ma- rauillauan mucho de ver que los cauallos fuessen tan ligeros que los pudiessen alcanzar. También los indios mataron con flechas y arcos muchos ve- nados, y a hora de las quatro de la tarde vinieron a reposar debaxo de vnas grandes arboledas don- de dormieron aquella noche, puestas centinelas y a buen recaudo (1).
CAPITULO VEYNTE Y SIETE
DE COMO EL GOUERNADOR BOLUIO A LA CIUDAD DE LA ASCENSIÓN CON TODA SU GENTE
Otro dia siguiente, siendo de dia claro partie- ron en buena orden y fueron caminando y cacan- do, assi los españoles de a cauallo, como los indios Guaraníes, y se mataron muchos venados y abes- truzes. Y ansi mismo la gente española con las es- padas mataron algunos venados que venian a dar
(l) En la edición de 1 55 5: recudo.
