y dixeron que lo del candelero era duro y vellaco y lo de su tierra era blando y no tenia mal olor y era mas amarillo, y luego le fue mostrada vna sor- tija de oro, y dixeron si era de aquello mesmo lo de su tierra y dixo que si. Assimismo le mostra- ron vn plato de estaño muy limpio y claro, y le preguntaron si la plata de su tierra era tal como aquella, y dixo que aquella de aquel plato hedia y era vellaca y blanda y que la de su tierra era mas blanca y dura y no hedia- mal. Y siéndole mostra- da vna copa de plata, con ella se alegraron mu- cho y dixeron auer de aquello en su tierra muy gran cantidad en vassijas y otras cosas en casa de los indios, y planchas, y auia brazaletes y co- ronas y hachuelas y otras piegas.
CAPITULO SETENTA Y UNO
DE COMO EMBIO A LLAMAR AL CAPITÁN GOXQALO DE MENDOgA
Luego embio el gouernador a llamar a Gonza- lo de Mendoza que se viniesse de la tierra de los Arrianicosies con la gente que con el estaua, para dar orden y proueer las cosas necessarias para se- guir la entrada y descubrimiento de la tierra, por- que assi conuenia al seruicio de Su Magestad, y que antes que viniesse a ellas procurassen de tor- nar a los indios Arrianicosies a sus casas y asen- tasse las pazes con ellos, y como fue venido Fran- cisco de Ribera con los seys españoles que venian