Magestad y los clérigos, fueron dados y pronun- ciados por enemioos para poderlos hazer la gue- rra, la qual se les hizo y aseguro la tierra de los daños que cada dia hazian.
CAPITULO SETENTA Y DOS
DE COMO VINO HERNANDO DE RIBERA DE SU ENTRADA QUE HIZO POR EL RIO
A treynta dias del mes de Henero del año de mil y quinientos y quarenta y tres vino el capitán Hernando de Ribera con el nauio y gente con que lo embio el gouernador a descubrir por el rio arri- ba. Y porque quando el vino le hallo enfermo, y ansimismo toda la gente, de calenturas con frios, no le pudo dar relación de su descubrimiento, y en este tiempo las aguas de los rios crescian de tal manera que toda aquella tierra estaua cubierta y anegada de agua, y por esto no se podia tornar a hazer la entrada y descubrimiento, y los indios na- turales de la tierra le dixeron y certificaron que alli duraua la cresciente de las aguas quatro me- ses del año, tanto que cubre la tierra cinco y seys bragas en alto y hazen lo que atrás tengo dicho, de andarse dentro en canoas con sus casas todo este tiempo, buscando de comer, sin poder saltar en la tierra, y en toda esta tierra tienen por costumbre los naturales della de se matar y comer los vnos a los otros, y quando las aguas baxan tornan a armar sus casas donde las tenian antes que cresciessen, y
