capitanes y personas señahidas, para estar bien con ellos y para que hiziessen dellas lo que solían de las otras que tenían; y por euítar la ofensa que en esto a Dios se hazia, el gouernador mando a sus padres que las tuuiessen consigo en sus casas hasta tanto que se ouíessen de boluer; y al tiempo que se embarcaron para boluer, por no dexar a sus padres descontentos y la tierra escandalizada a causa dello, lo hizo ansí, y para dar mas color a lo que hazia, publicó vna instrucion de Su Magestad en que manda que ninguno sea osado de sacar a ningún indio de su tierra, so granes penaS. Y desto quedaron los naturales muy contentos y los espa- ñoles muy quexosos y desesperados, y por esta causa le querían algunos mal, y dende entonces fue aborrescido de los mas dellos, y con aquella color y razón hizieron lo que diré adelante. Y em- barcada la gente, assi christianos como indios, se vino al puerto y ciudad de la Ascensión en doze días, lo que auia andado en dos meses quando su- bió; aunque la gente venia a la muerte, enferma, sacauan fuerga de flaqueza, con desseo de llegar a sus casas, y cierto no fue poco el trabajo (por venir como tengo dicho), porque no podían tomar armas para resistir a los enemigos, ni menos po- dían aprouechar con vn remo para ayudar ni guiar los vergantines; y si no fuera por los versos que lleuauamos en los vergantines, el trabajo y pe- ligro fuera mayor. Trayamos las canoas de los in- dios en medio de los nauios, por guardarlos y sai- narlos délos enemigos hasta boluerlos a sus tierras y casas, y para que mas seguros fuessen repartió
