y a sus valedores que todos ellos eran tra3^dores, y siempre, de dia y de noche, por el temor de la gente que se leuantaua-cada dia de nueuo contra ellos, estauan siempre con las armas en las manos y se hazian cada dia mas fuertes de palizadas y otros aparejos para se defender; como si estuuiera preso el gouernador en Salsas barrearon las ca- lles y cercáronse en cinco o seys casas. El gouer- nador estaua en vna cámara muy pequeña que metieron de la casa de Alonso Cabrera en la de Garci Vanegas para tenerlo en medio de todos ellos, y tenían de costumbre cada dia el alcalde y los alguaziles de buscar todas las casas que esta- ban alderredor de la casa adonde estaua preso, sí auia alguna tierra mouida dellas para ver si mi- nauan. En viendo los oficiales dos o tres hombres de la parcialidad del gouernador y que estauan hablando juntos, luego dauan bozes diciendo: ¡al arma, al arma! 5' entonces los oficiales entrañan armados donde estaua el gouernador y dezian (puesta la mano en los puñales): juro a Dios que si la gente se pone en sacaros de nuestro poder, que os auenios de dar de puñaladas y cortaros la cabe- (;a y echalla a los que os vienen a sacar, para que se contenten con ella; para lo qual nombraron quatro hombres, los que tenían por mas valientes, para que con quatro puñales estuuiessen par de la primera guarda, y les tomaron pleyto omenaje que en sintiendo que de la parte de Su Magestad le yuan a sacar, luego entrassen 3^ le cortasen la cabega, y para estar apercebidos para aquel tiem- po amolauan los puñales para cumplir lo que
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