hermano el P. Fr. Luis de Avila, de quien a continuación se habla, dístico qué aun se lee, y dice de esta manera:
Hic infans fuerat vitali fonte renatus;
Hic situs; hic surget, quo redivivus ovet.
Que en castellano suena: Aquí, niño, renació en la fuente de la vida: aquí yace; de aquí se levantará para el cielo, donde triunfará resucitado.
La lauda de la lápida sepulcral, alrededor de la cual se lee el dístico citado, la puso también el P. Luis de Avila con una leyenda latina que dice así trasladada en romance: «A gloria de Dios y buena memoria del Doctor Don Francisco de Avila, Canónigo y dignidad de Maestre-Escuela de esta Iglesia Colegial, en divinas y humanas letras, interpretación de las Sagradas Escrituras y predicación evangélica, eminente, riguroso con su persona y piadoso con los pobres. Su hermano el Maestro Fray Luis de Avila, Prior del Convento de San Agustín de Toledo, la puso. Falleció de LXXII años de edad, año MDCI».
El Dr. Francisco de Avila publicó los siguientes trabajos: Figurae Bibliorum veteris Testamenti, quibus novi veritas praedicatur et adumbratur. Antequera, 1574. Conciones in Quadragessimae tempus. Alcalá, 1589. Venecia, 1590. Divinarum litterarum exempla. Desconozco el año y lugar de la impresión. Avisos christianos provechosos para vivir en todos estados desengañadamente. Zaragoza, 1566. Alcalá, 1565. Venecia, 1599 (en italiano). Diálogos, en que se trata de quitar la presunción y brío al hombre. Alcalá, 1576. Recreación del alma. Obra espiritual y provechosa. Alcalá, 1872. El pario virginal de la Virgen santísima, donde se contienen algunas Letras, Villancicos y Romances.... para cantar la noche de Navidad. Cuenca. S. año.
Fr. Luis de Avila
Fué hijo de Juan de Avila, o Dávila, y de Luisa Corlés, vecinos del Castillo de Garcimuñoz. Profesó la regla de S. Agustín en San Felipe el Real de Madrid el 5 de febrero de 1560. Fué prior en Toledo, Madrid y Valladolid. Se ignora el año de su muerte. Como queda dicho, compuso el dístico latino que aún se ve en la capilla bautismal de la Colegiata de Belmonte en honor de su hermano Francisco y también le dedicó un epitafio igualmente latino.
Del P. Avila no se conoce más que la siguiente obra: Discursos morales del Sanctissimo Sacramento del Altar, Toledo, 1603; de la cual dice mi llorado hermano de hábito el gran bibliógrafo agustino P. Santiago Vela: «No dudamos el afirmar que esta obra del P. Dávila puede considerarse fundamental en la materia, por la variada y bien expuesta erudición con que exorna todos los asuntos... Su estilo no llega con mucho al de los grandes prosistas del siglo XVI; tiene, sin embargo, períodos que pueden presentarse como modelos de bien decir».
Alonso Becerril
«Platero. Así como la ciudad de León dió a España tres ilustres plateros en los Arfes, Cuenca le dió otros tres en los Becerriles.
De Alonso, dice Juan de Arfe, «que fué famoso en su tiempo, por haberse
