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Acta Apostolicae Sedis - Comentario Oficial

de modo que honren con la debida veneración a esta gran luminaria de la Iglesia, y por su intercesión, purificada su alma de los vestigios del pecado y alimentada en la mesa divina, en poco tiempo se dirijan fuerte y suavemente a conseguir la santidad. Por tanto, procurad que en vuestras ciudades episcopales y en todas las parroquias de vuestras diócesis, durante este año hasta el 28 de diciembre, se celebre un triduo o una novena de funciones sagradas, con la predicación de la palabra divina, ya ante todo que es importante que el pueblo enseñado diligentemente sobre en todas esas verdades que, con la guía de Sales, sean movidos hacia las cosas que son más altas. Queda además a vuestro cuidado conmemorar, con otros modos que os parezcan más oportunos, las empresas de este santo Obispo. Mientras tanto, con el fin de abrir para el bien de las almas el tesoro de las santas indulgencias que nos ha confiado Dios, concedemos, a quienes asistan piadosamente a las funciones mencionadas, la indulgencia de siete años y siete cuarentenas cada día, y el último día, o cualquier otro día que cada uno elija, la indulgencia plenaria en las condiciones acostumbradas. Pero, no queriendo que se queden sin alguna muestra particular de Nuestro afecto, ni el monasterio de la Visitación de Annecy, donde reposa Sales - ante cuyos restos tuvimos hace tiempo la oportunidad de celebrar la Santa Misa con inmensa alegría espiritual- ni el de Treviso donde se conserva su corazón, ni las demás casas de las religiosas de la Visitación, concedemos que durante los servicios mensuales que celebrarán este año en acción de gracias, y además, pero igualmente sólo por este año, el 28 de diciembre, todos aquellos quienes visitarán sus iglesias de la manera habitual y, habiendo recibido la Santa Confesión y la Comunión Eucarística, orasen por Nuestra intención, igualmente obtendrán una indulgencia plenaria.

Vosotros, Venerables Hermanos, exhortaréis vivamente a los fieles a vuestro cuidado, para que recen al Santo Doctor por nuestras intenciones: cuando ciertamente Dios ha querido que recibiésemos su Iglesia en tiempos tan difíciles; ojalá, con el favor de Sales, quien profesaba un gran amor y reverencia por la Sede Apostólica,