melancólica y sentimental, entretenían á los espíritus atónitos aún por el derrumbamiento del imperio napoleónico, y al calor de las ideas religiosas y monárquicas de la restauración borbónica, se notaba ya “ese conjunto de preludios, donde domina una vaga malancolía, un acento caballerezco y una gracia esquisita de detalles”. Elsa era la poesía de Lamartine, y en ella se inspiró Victor Hugo.
Los genios nunca son 'pacientes. Hugo rompió pronto las vallas que lo contenían, é hizo flamear audazmente la bandera revolucionaria del Prefacio de su ”Cromwell”. Pero al repudiar la antigüedad, se convirtió en ciego adorador de la Edad Media. Hugo es un genio — y los genios pueden haber sido un momento revolucionarios, pueden parecerlo aún, pero en realidad no lo son : no atacan, no derriban más que lo que pone trabas á su desarrollo, pero es para restablecer en seguida un equilibrio mejor y más estable.
Musset se arrojó de lleno en aquel movimiento: en 1830, sus Cuentos de España y de Italia concentraron en él la pública atención. Pero Musset, como él mismo lo ha dicho en su Confession d'un enfant du siécle, era un espíritu desequilibrado, casi fatalmente destinado á ser presa de la voracidad insaciable de la corrupción. Portia y Parisina son cuadros