podría agregarse que hasta aquí el autor ha escrito
con amore y con cierta burlona sonrisa. En adelante
puede decirse que abandona bruscamente su vena
descriptiva y se engolfa de lleno en la parte psicoló-
gica desu libro, en pleno dominio de las pasiones, y
de qué pasiones... !
Hagamos, pues, párrafo aparte. Pisamos aquí la arena candente: entramos á la parte más difícil de esta novela, pues se trata del análisis de caracteres, del estudio de las pasiones y de la observación del corazón humano. Pero justamente en ésto es que más necesaria es la experiencia, y ésta sólo se adquiere en propia carne, cuando la vida nos ha hecho su- frir esas pasiones tremendas que desgarran las túni- cas del alma, y que la dejan expuesta á los dolores más terribles sin defensa alguna.
Hay ciertas páginas que sólo pueden escribirse con la sangre propia, y es un tristísimo privilegio del dolor el ser la única puerta que dé acceso al escritor á los dominios de las pasiones que suelen agostar el corazón del hombre. Es preciso haber sufrido mu- cho para poder escribir sobre ciertos temas, y quizá