1 PAGINAS INMORTALES
miento del General Belgrano, quice la comunicr inmediatamente en nota al Direrter Supremo Puey- rredón. Este, con fecha 13 de Agosto de 1316, la otorga los despachos de Teniente Coronel de mi- licias partidarias de los Decididos del Perú “en justa recompensa de los heróicos sacrificios con
- que esta virtuosa americana se presta á las ru-
“* das fatigas de la guerra en obsequio á la liber- “tad de la Patria *.
Un mes después, en el combate de Viluma pe- lea al frente de su batallón “*Leales”” recibiendo una herida que supo disimular hasta el final de la acción, donde vió morir heróieamente á su queri- do esposo. Batido éste por el Coronel Aguilera, cae prisionero, y después de un pistoletazo el ¿ete realista, por su propia mano, le cortó la cabeza.
Con tan infausto suceso, los restos de las fucr- zas de ese temible é intrépido guerrillero se reti- rad á Pomabamba, sobre la frontera del Chaco, y en el punto denominado Segura sc reunió una junta de guerra á la que asistió Doña Juana en su calidad de Teniente Coronel de los Ejérsitos de la Patria, y vestida de luto por la pérdida de su ibastre esposo votó á la par de dos demás Capi- tanos, resolvjéndose confiar el mando de la insu-- rresión al Comandante Don Jacinto Cueto.
La imrerte de su patriota esposo no la acoburdó: á proseguir en la árdua empresa, si bicn la afectó. grandemente pues era á quien “primero amara lespués de ly patria”? Ella siguió empuñando la espada y no la abandonó hasta que vió á su país: constituido cu nación independiente y libre del tutelaje español.