LA INMORTAL SALAVARRIETA uy
Va momento antes de darse la señal de ejecu- ción, se vuelve á sus crueles verdugos, y con espí- ritu tran: uilo exclama :
—;¡ Asesinos! Temblad al coronar vuestro aten- tado, Mi sangre será bien pronto vengada por los libertadores de la patria!
Dos minutos después, Policarpa Salavarricta y Alejo Suvarain, presenciando mútuamente sus ago- uías, mueren arcabuceados, serenos, impávidos, aturdiendo con su firmeza á los españoles
El puchlo estaba atónito. Ni un solo corazón sen- sible hub» que no llorase aquellus dos muertes prota: turas; llanto sublinte que se vertía á la presencia «le tan moble sacrificio y en el recuerdo de tanto martirio,
Por ana coincidenria singular, el nombre y ape- llido de esta Hustre enndínararquesa se prestaron á perpetuar la mewmoria de su heroismo en este opor- tuno anagrama que hieteron los patriotas de aque- lla época:
- Policarpa Salayarrieta;
Yace por salvar la Patria,”
¡Salud, mil veces, Vi dicción se ha cumplido!
Desde la morada de los ángeles, te compla:es en las glorias de América, 'Pn sangre pura fceundó su suelo, pues de cada gota ha brotudo un héroe, y to- dos ellos heredaron tus sentimientos!
¡en de Colombia! Tu pre-
¡Saud! Salud, mil veces, of martir granadina! Que muerte secibiste por noble par lea]!
Sí acaso aquí en tu patria renace el despotismo Renazca en tus hermanas tambien el patriotismo Y sepan generosas tus hechos imitar!