22 PAGINAS INMORTALES
Esta excelente patriota, á quien el señor Sar- miento conoció personalmente, murió poco después de vejez y miseria en un pobre rancho, al pie del Cerro de Santa Lucía, en la capital chilena, ¡Ni el consuelo tuvo esta madre generosa de que su único hijo recogiera su postrer suspiro!
El gobierno de la Moneda tampoco hizo nada por aliviar sus últimos tristes días. ;La pobre no tenía papeles «ue acreditasen su maternidad de ocho soldados!!!
El resultado de esfuerzos tan gigantescos hechos por tres provincias tiranizadas, estrujadas, para que diesen lo que nacioues enteras no pueden dar á veces, fueron las batallas de Chacabuco y Maipo, moy gloriosas para la América. Las madres san- juaninas y mendocinas no supieron de ellas sin em- bargo, sino que mil doscientos de sus hijos hahían inuerto glorinsamente allí y en Talcahuano!
Las hijas de Esparta sacrificaron su amor de ma- dre á la Patria; las hijas de América, en esta gue- rra de la Independencia, lo sacrificaron Lodo.
Bendita sea la tierra que produce tales mujeres!
