DESPRENDIMIENTO DE LAS MENDOCINAS
Cuando el General San Martín hacía en Mendoza esfuerzos inauditos por organizar el ejército que reconquistaría á Chile y diera más tarde la libertad al Perú, hallo en la mujer, según su propio testimonio, el apoyo más firme y decidido.
En aquella época aciaga de la Revolución, cuando los españoles eran dueños de Venezuela y Cundinamarca, de casi todo México, del Perú y Chile, las señoras y las criadas de Mendoza, las hacendadas y las jornaleras, mozas y viejas, se disputaban el honor de ser las primeras en mejorar la condición de los sostenedores de la libertad y la independencia en el continente americano.
El entusiasmo animaba á todas por igual. Unas renunciaban á sus placeres; otras á las ocupaciones y labores de que sacaban la subsistencia, para consagrarse enteramente al servicio de la Patria.
Nada las arredraba: ni las dificultades cada vez más crecientes de la situación, ni el terror á la ela-
