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PAGINAS INMORTALES
ticiera atronó el recinto consistorial, coronando dignamente la patriótica arenga de la gentil é inte- ligente Mercedes.
Cuando se extinguió el éco de la postrer palma- da, pudieron percibirse muchas lágrimas. Hasta las encendidas mejillas de los guerreros se notaron hu- modecidas por la emoción y el entusiasmo.
Ah! cuántas habían de costarle más tarde á la valerosa niña esas palabras, que sintetizaban el pa- triotismo abnegado y sublime de las damas chuqui- saqueñas !
Así sucedió, en efecto: reconquistada esa ciudad por los realistas que comandaba el indigno Goyene- che, Mercedes Tapia fué de las más perseguil No obstante, y soportando con varonil entereza to- das las afrentas que la inflijían de contínuo los es- pañoles, vivió lo suficiente para morir consolada. Tdólatra de su patria, cuando supo el triunfo de los patriotas en Salta, espiró en el acto, de puro gozo, en pleno albor de su juventud y belleza!
¡Cuán exquisita y sensible debía ser el alma de Mercedes Tapia!
¡Evoquemos su nombre con admira riño!
ón y ca-
