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CRÓNICA.

El oficio de cronista es mal oficio, hai necesidad de ser amable con todos por un lado i es preciso decir la verdad por otro; esto es difícil, es imposible denunciar un abuso, señalar una falta i dejar contentos a los que cometen la falta o el abuso. Sin embargo, en cambio de estas dificultades la seccion de que nos hemos hecho cargo en el periódico tiene la ventaja de ser elástica; en la crónica cabe todo, un consejo como un dato estadístico; un aplauso como un reproche; una peticion justa, como una receta; i en cuanto a las dificultades, estamos decididos a ver a todo el mundo con el entrecejo fruncido a trueque de decir la verdad, de denunciar el abuso i de servir al progreso.

Si esta profesion de fé que inicia nuestra carrera de cronista no basta al público para que lea nuestras crónicas con benevolencia, estamos perdidos porque no sabemos hacer otra cosa, no podemos hacer otra cosa i lo que es mas grave todavía no queremos hacer otra cosa.

La seccion encomendada a nuestro cuidado estará siempre escrita sencillamente, sin otras pretenciones que las con que lejítimamente puede engalanarse la verdad. Los médicos, los estudiantes, los legos, las mujeres, todos pueden leer esta seccion i si no aprendieran gran cosa leyéndola, sabrán al ménos lo que pasa en los hospitales, en las cárceles, en los colejios, en las calles, en la choza del pobre, en la escuela de medicina, en donde quiera que tenga algo que hacer la hijiene, la caridad o la instruccion médica.

Defensores de todo lo que sufre abogaremos constantemente por los que sufren, i denunciando todos los males que en la esfera de la enseñanza médica, o de la caridad nos aflijen, pediremos con incansable teson las reformas necesarias.

No somos partidarios del idealismo contemplativo, per-

Rev. Med.
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