retirada la cánula.—Al punto se derramó un líquido rojizo mucho mas rico en sangre que la primera vez.
El enfermo, un tanto pusilánime, tuvo un sincópe lijero. Al dia siguiente se queja apénas de un lijero dolor en los puntos de las picaduras; habia comido, dormido i estaba mui tranquilo.
Durante los quince dias que siguieron, el líquido salia lentamente; el tumor disminuía poco; estaba como pastoso i presentaba una fluctuación oscura.—Inyecciones iodadas.—El dia 16 el líquido toma un tinte lechoso i sale entónces regular i abundantemente.—El tumor disminuye con una estrema rapidez. La respiracion es fácil; el enfermo puede dormir, acostado de espalda o de lado; el cuello ha recobrado sus movimientos. Pulso normal.
El 30 de junio sale apénas un poco de líquido sero-purulento. El tubo es quitado el 15 de julio. El trayecto ocupado por el tubo supura algunos dias; una especie de cordon duro se estiende de uno a otro de los orificios abiertos por el trócar. Despues, la supuracion desaparece, i no quedan sino dos cicatrices rugosas i una linea un poco indurada de una a otra,
En el curso del año 1868, he tenido ocasion de operar en los hospitales tres quistes tiroideos. He aquí un resúmen de estas observaciones.
Sala de San Lucas núm. 15.—Jóven de 17 a 18 años, viene de Colina. Tiene un tumor de la rejion anterior del cuello. Su forma, su consistencia i la fluctuación hacen creer en un quiste. Por lo demas el tumor no se acompaña de alteraciones funcionales serias. La puncion esploradora da salida a cerca de trescientos gramos de un líquido amarillento.—El enfermo tratado por el drenaje, cura mui lentamente; durante 15 dias el quiste tiene una consistencia mui grande; en el mismo espacio de tiempo se mani-
