AMA SOBRE EL CONCEPTO HUD puede imaginarse nada peor, ni más inmoral, ni más rebajado que España en el mundo. vip role imicas de IIVZ olgi Isb En vista de esto, es menester que todos convengan en que, si nos enojamos, no deja de haber motivo. No damos pruebas al enojarnos de ser muy vidriosos. Antes creo que nos hemos hecho hartos humildes á fuerza de oir injurias. La más pequeña justicia que se nos hace, nos parece un favor inmenso. Todos los que leemos en España, y por desgracia no somos muchos, nos encantamos con cualquiera libro nuevo, donde se nos trata con decoro y respeto. Si un erudito extranjero toma por asunto de un trabajo suyo algo que redunde en nuestra buena fama, por más que nos escatime el elogio, el elogio nos parece sobrado. Siempre tenemos que agradecer que se hable de una cosa sobre la cual no hemos sabido, querido ó podido hablar nosotros mismos. Sirva de ejemplo, sobre esto, el libro reciente de Rousselot, Los místicos españoles. Nos declara incapaces para la filosofía; rebaja á todos nuestros sabios y pensadores; y afirma que esta falta no ha sido efecto de la compresion intelectual de los inquisidores, sino que la inquisicion misma ha sido efecto de nuestro ingénito fanatismo y de nuestro aborrecimiento á pensar y discurrir. Con todo, nosotros le perdonamos tales afirmaciones porque encomia, sublima y da á conocer á Santa Teresa, ambos Luises y otros místicos, en quienes cifra y resume toda lá filosofia española. Yo confieso que, como nosotros ni esto hemos hecho, valer y constar, segun se debe, tenemos mucho que agradecer á Rousselot. Guardada la debida proporcion, dice, Fray Luis de Leon y Fray Luis de Granada son para España lo que Bossuet y Bourdaloue para Francia; pero en la frase guardada la debida proporcion afirma nuestra inferioridad grandísima, aun en esto del misticismo, única cosa que nos concede. Y sin embargo, cualquiera de los dos Luises vale tanto en absoluto como su Bossuet, ó su Fe—nelon ó sus otros autores devotos. Fray Luis de Leon, solo considerado como poeta lírico, no tiene igual en Francia.
Hay quien afirma que el afan que ponen los extranjeros en denigrarnos proviene en parte de lo insolentes que fuimos en la época de nuestra prosperidad: pero yo dudo que nuestra insolencia de entonces llegase ni con mucho á la insolencia y á la arrogancia de los ingleses del dia y ménos á la petulancia y outrecuidance de los franceses en todas las edades. Antes veo en nuestros antiguos autores y en nuestros personajes históricos un respeto y hasta una