vagos ineptos para el servicio de las armas sean recogidos en hospicios, casas de misericordia ú otros equivalentes, porque este (el de la vagancia) es un arreglo puramente político, y que necesita en cuanto á los destinos respectivos, etc.» La ley 8.ª del mismo libro y título previene que los vagos que además de serlo se hallen detenidos por haber cometido alguno de aquellos delitos que no son contrarios á la comun estimacion de las familias, ni de los mismos que los perpetran, pueden tambien ser destinados al honroso servicio de las armas. Por último, y para no alargarnos demasiado, la ley 11 que los vagos y mal entretenidos pertenecientes al estado noble se destinen al servicio de las armas en calidad de soldados distinguidos.d Los que han escrito modernamente sobre filosofía de derecho penal profesan la misma doctrina. Uno de los últimos que conocemos, M. Tissot (1), dice expresamente: «La vagancia es un delito de policía, un delito puramente legal, pero no un delito en sí; la vagancia es una ocasion más ó ménos próxima á delinquir.» 2 Se han alegado en contra de la opinion que sustentamos el Génesis, la antigua disciplina de la Iglesia, el derecho canónico, el concilio de Trento y hasta los preceptos del Decálogo; pero hablando imparcialmente, creemos que estos argumentos pertenecen al género de aquellos que por su misma vaguedad y generalidad nada prueban. Pirmin El hombre, al salir de las manos del Supremo Hacedor, fué colocado en el Paraiso y su destino era el de gozar en la tierra de una bienandanza inalterable, de un descanso que nada debia interrnmpir, y el de arribar sin pasar por el terrible tránsito de la muerte al summum de la felicidad, contemplando facie ad faciem al que es fuente inagotable de ella.
El hombre y la mujer prevaricaron, y en castigo de su desobediencia, Dios les retiró los gloriosos dones con que gratuita y generosamente les habia en su infinita bondad favorecido. Y dijo Dios á la mujer «in dolore paries filios,» y á la mujer y al hombre, representados por Adan «in sudore vultus tui vesceris pane; morte morieris.» ¿Quiere esto decir que sea rebelde á los preceptos de Dios el que se proponga comer sin trabajar? no, porque en este caso tambien (1) Le droit penal etudié dans ses principes, dans les usages et dans les lois des differentes peuples du monde.—Paris, 1860.
TOMO I.