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tambien habitacion abrigada. Pero no hace mucho, en una noche de frío, murieron los tres. Ahora existe otro ejemplar (regalado) que quizá pueda conservarse mejor. A fines del último Invierno, compré una hembra en extremo salvaje y cuya temperatura me pareció febril cuando conseguí examinarla. Durante la noche dió á luz once piezas que nacieron muertas, y murió pocas horas despues. Cuando haya departamento espacioso y apropiado para los Armadillos en el nuevo local, es casi seguro que la especie podrá reproducirse con facilidad. Algunas personas me han asegurado haber obtenido crias, teniendo los ejemplares simplemente en barricas.

La Mulita es diurna en sus hábitos, y de aquí la facilidad para cazarla. Si no fuera por su abundante prole, ya se habría extinguido. Es de lamentar que no se hagan efectivas las disposiciones referentes á su cacería. La época en que más se la persigue es cuando está para reproducirse.

Habita las Provincias del litoral y la Pampa. En el Chaco abunda, y áun en Salta (en la ciudad) «he visto cáscaras de este animal» (Contrib. 4, p. 48, n. 30).

Mulita gigante, ó Peba (Tatusia novemcincta (L.) Lid.)—Hace un año me regaló el señor Ismael Gómez una cáscara de este animal, con la cabeza, ménos la mandíbula inferior. Había sido cazado vivo cerca de San Nicolás de los Arroyos donde no lo conocían y procuraba obtenerlo para el Jardin Zoológico, cuando recibió la donacion citada como anuncio fatal de una muerte violenta. Es mucho más grande que la Mulita comun y, al ver aquella cáscara, que por primera vez examinaba, me expliqué lo que podría ser el Tatú «muy grande que abunda en Santa Fé cerca del Chaco y que á veces llevan á la ciudad»—segun me había comunicado Solari. Creyendo que se tratase del Priodon, hice cuanto pude para obtenerlo, pero ahora se me ocurre que debe ser esta Mulita, la cual habita el Chaco, Misiones, Paraguay y Brasil.
En Misiones he visto un caparazon en forma de canastilla. En el capítulo XVI p. 256 del Viaje á Misiones, y al referirme á los enemigos de las Abejas sociales he estampado lo siguiente: «No he visto ningun Dasypus (Peludo) pero sí una coraza con 9 bandas movibles». Seguramente pertenecía, por su tamaño, á esta Tatusia. En Buenos Ayres he visto algunas canastillas semejantes traídas del Chaco, y fabricadas por los Tobas y Matacos. Ahora puedo reconocer la especie de que proceden. Sea como fuere, esta Mulita es un desiderátum en el Jardin Zoológico. (Se consiguió—1893).

Total: de las nueve especies seguras de Armadillos Argentinos, el Jardin Zoológico de Buenos Ayres sólo posée tres: el Pichiciego, el Peludo, y la Mulita.

Reclamo, pues, el cumplimiento de palabras amistosas y caballerezcamente empeñadas, y que obligan tanto más cuanto que fueron espontáneas, á todos aquellos que se han interesado en el desarrollo del Jardin, ofreciendo remitir muchas piezas que faltan en su cuadro, y más interesantes que otras por lo mismo que es necesario, ante todo, presentar en debida forma las especies Argentinas.