nos inútil, no obstante su anterioridad. Por acaso la obra del desconocido poeta cayó en nuestras manos, publicada en los tomos XLII y XLIV de la “Biblioteca Universal, ó Colección de los mejores autores antiguos y modernos”, impresa en Madrid en 1878. Nuestra sorpresa fué grande, al encontrarnos con un trabajo sumamente deficiente, como traducción y como interpretación y hasta en su estructura rítmica. Baste decir —y puede comprobarlo cualquier curioso— que por lo menos un cinco por ciento de sus versos, no son versos; que en mayor proporción son los rellenados con ripios y pleonasmos, y que la versión no es siempre fiel ni correcta. Esto nos animó á dar á la prensa nuestra traducción, como un ensayo de la manera de cómo entendíamos que pudieran interpretarse las obras dramáticas que se han inspirado en los modelos de la lengua á que se traduce.
La idea que ha presidido á la traducción es esta: —interpretar fiel y casi literalmente el original, conservándole el sello de su estilo original; pero adaptando la obra al medio á que se transporta. Esto es lo que hemos procurado en la versión de Ruy Blas, haciendo hablar á los personajes de la época en que pasa la escena, su propio lenguaje, con los vocablos y modismos que lo acentúan, más bien en desuso que anticuados hoy, que tal era el que se hablaba á fines del siglo XVII, en su momento de florescencia, cuando definitivamente fijado por sus grandes clásicos, pasaba por una transición dentro de sus propios