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Acta de Benedicto XV

Por el testimonio de un varón coetáneo y tan autorizado, es fácil entender cuán profundamente conmovió Francisco al pueblo con esta institución, y qué saludable renovación obró en él. Por lo tanto, como no puede haber ninguna duda de que Francisco fue el verdadero fundador de la Tercera Orden, de la misma manera que lo había sido de la primera y la segunda, por que fue sin duda su sabio legislador[a]. En esto fue muy ayudado, como es bien sabido, por el cardenal Ugolino, el mismo que más tarde, con el nombre de Gregorio IX, ilustró esta Sede Apostólica y, que después de la muerte del patriarca de Asís, de quien fue un gran amigo durante su vida, levantó sobre su sepulcro un templo de gran belleza y magnificencia. Nadie ignora que posteriormente la Regla de los Terceros fue sancionada y aprobada solemnemente por Nuestro Antecesor Nicolás IV[b].

Tampoco hay necesidad de que Nos detengamos en tales cosas, venerables hermanos, ya que Nuestro propósito principal es mostrar el carácter y el espíritu íntimo de esta institución, del que, como en la época de Francisco en esta época tan contraria a la virtud y a la fe, la Iglesia se promete grandes ventajas para el pueblo cristiano. Aquel profundo conocedor de nuestros tiempos, que fue nuestro predecesor de la feliz memoria, León XIII, para hacer que la disciplina de los terciarios fuera más accesible para todos los grados de la gente, muy sabiamente con la Constitución Misericors Dei Filius[c] del año 1883, prudentemente mitigó su regla, «según las presentes circunstancias de la sociedad», variando algunas cuestiones de menor importancia, que no parecían coincidir con las costumbres de la hora presente. «Con esto, sin embargo, dice, no se debe pensar que se haya modificado algo de la naturaleza de la Orden, pues queremos que permanezca totalmente integra y sin alteración». Por lo tanto, todo cambio fue solo externo, y no tocó su sustancia, que continúa siendo tal como quiso el mismo santo fundador.


  1. San Francisco redactó la Primera carta a todos los fieles, considerada como la Protorregla de la Tercera Orden; cfr. Curso OF 5:Carta a todos los fieles.
  2. Mediante la bula Supra montem, del 18 de agosto de 1289; cfr. "De los penitentes franciscanos a la OFS" en Curso OFS: 8.
  3. Publicada en la Acta Sancta Sedis, vol. XV, pp. 513-529; una versión en italiano puede consultarse en la web del Vaticano