escorpiones han hecho su nido. Es como un sepulcro emblanquecido, lleno de cosas repugnantes. Es horrible, tu cuerpo es horrible. Es de tu cabello de lo que estoy enamorada, Jokanaan. Tu cabello es como racimos de uvas, como los racimos de uvas negras que cuelgan de los viñedos de Edom en la tierra de los edomitas. Tu cabello es como los cedros de Líbano, como los grandes cedros de Líbano que dan su sombra a los leones y a los ladrones que se ocultan allí durante el día. Ni las largas noches negras, cuando la luna oculta su rostro, cuando las estrellas tienen miedo, son tan negras como tu cabello. El silencio que ronda en el bosque no es tan negro. No hay nada en el mundo tan negro como tu cabello... Déjame tocar tu cabello.
JOKANAAN
¡Retrocede, hija de Babilonia! No oses tocarme. No profanes el templo del Señor.
SALOMÉ
Tu cabello es horrible. Está cubierto de fango y polvo. Es como un lazo de serpientes enrollado en tu cuello. No amo tu cabello... Es tu boca lo que deseo, Jokanaan. Tu boca es como una banda escarlata en una torre de marfil. Es como una granada cortada con un cuchillo de marfil. Las flores de granadas que florecen en los jardines de Tire, de colores más intensos que las rosas, no son tan rojas. Los rojos bramidos de las trompetas que anuncian la llegada de los reyes, y que atemorizan al