y sistemática obra de comprensión de la naturaleza humana. merece a su vez de parte del hombre todo el respeto y la ad- miración. :
El siglo XX, repentinamente, se ha visto inundado por otras ideas cient'ficas que apuntan, también, al esclarecimiento de la significación biopsíquica del hombre y que remontan a viejas concepciones médicas del empirismo hipocrático y galénico. Vasta es la nomenclatura que los simboliza: tipolog'a, caracte- rolcgía, ciencia de lo individual, biología diferencial, biología de la persera. Por aquí ya nos referimos a características bio- lógicas y psiquicas peculiares, diferenciales de los individuos y cuyo conocimiento implica, sobre todo, la utilización del material científico de la endocrinología y de la teoría de la herencia. Las publicaciones que ban tratado el tópico de la constitución y temperamento constituyen un acervo de propor- ciones inusitadas; aquí mismo, en el Ecuador, proveniente de la cátedra de psicología pedagógica de Julio Endara, ha aparecido un libro muy de tomarse en cuenta.
El objetivo que ahora persigue este trrbajo, en su afún de unificar, identificar la multitud de hechos científicos contri- buyentes a la resolución de los problemas planteados, es encon- trar la demostración de que la avenencia y mutua penetración de la ciencia de la constitución con el psicoanálisis, no sólo son posibles, sino más aún, imprescindibles.
La tesis endógena de la constitución o temperamento, en ge- neral, nos habla de ciertos factores orgánicos y hereditarios que condicionan, psicológicamente considerada, lo que una perso- na es. Existiría una constitución instintiva que se penetra en un substractum bio-morfológico. Eiemplifiquemos esta apre- tada noción. Según valoraciones estad'sticas de Videni, Cas- soni, Boxich y otros, los delitos violentos se dan, preferente- mente, en sujetos brevilíneos (más o menos cortos y redon; deados). El asesinato, los crímenes contra la moral sexual, en los hombres así como en las prostitutas, sufren la influencia de este factor mcrfológico. Pertenecen dichos sujetos a la cla- se de criminales habituales, sanguinarios y cínicos, pudiendo re- conocerse en ellos variados trastornos de las glándulas de se- creción interna, que se combinan sobre un fundamento hipo- tiróideo. El tino morfológico opuesto, el longilíneo, que ade- más de hipertiróideo puede presentar otras complicaciones en- dócrinas, se correlacionaría con la actividad criminal poco vio-
