▼Aduana Jeneral estuvieseen Valparaíso, perderíamos en el caso supuesto doce mil pesos anuales. No baja de igual cantidad la que los estranje ros gastarán anualmente en el ramo de propios i viajes de sus personas i equipajes al puerto, pues se ve que son tan continuados i tan bien pagados, que nunca se ha visto la carrera de Valparaíso tan frecuentada, ni con mas proporciones para sus habitantes, principalmente para los de la villa de Casablanca.
¿Qué diremos de las considerables cantidades que éstos gastan en la capital, ya con el subido precio de las casas i sirvientes, ya con el lujo, ostenta i placeres? Mui diminuto nos parece el cómputo de ciento cincuenta mil pesos que por esta razón gastarán anualmente.
A esto se agrega que proporcionándoles esta metrópoli mejores objetos que Valparaíso, muchos de los que han hecho capitales se enlazan con matrimonios i quedan en el país gruesas sumas que debían retornarse con ellas a otros países. I otros, inexactos en sus deberes, juegan, regalan i quiebran, resultando de sus excesos que lo que dilapidan queda a beneficio del Estado.
Todo esto, considerado bajo el aspecto de una aritmética política, no deja de producir en la época presente cerca de medio millon de pesos, cuya cantidad bastaría para hacer anualmente la felicidad de mas de quinientas personas, i a la vuelta de algunos años se veria un resultado agradable con esto, i con el remedio que V.E. va a oponer a los males.
Pregunta ahora el Consulado ¿qué bien resulta de que Valparaíso sea una factoría de estranjeros i que allí esté la Aduana Jeneral? ¿Es acaso alguna ventaja para el Estado que los estranjeros, a la borde del agua vendan sus cuantiosos cargamentos, sin costos ni demora alguna? ¿Es alguna conveniencia que de todas las ciudades, villas i provincias partan nuestros comerciantes, mineros i hacendados, cargados de la plata, oro, metales i frutos, a ponerlos libres de todo riesgo en aquella factoría estranjera, que se haria el centro del monopolio, mil veces peor para nosotros que lo ha sido Cádiz para España y América? ¿Tan breve nos liemos olvidado de las declamaciones contra aquellos cuatro bodegueros que hacían bajar i subir a su antojo nuestros granos? Mas maestros que éstos son mil veces los ingleses: a la vista les tenemos.
Estos hacen estraórdinarios esfuerzos para conseguir su empresa; i para persuadir que esto es una conveniencia, hacen vociferar i publicar que así solo se podrá evitar el contrabando; que así no habrá suplantaciones en el camino i pero, gracias a Dios, que penetramos sus designios, i que nuestros juicios se apoyan sobre la declaracion espresa de todas las naciones civilizadas, que "los ingleses comerciantes son por costumbre contrabandistas en todo el mundo."
¿Piensa V.E. que, conseguido el plan de hacer a Valparaíso factoría se remediaba el contrabando aunque allí se pusiese la ▼Aduana Jeneral? Al contrario, se aumentaría tanto que no habría remedio humano que pudiese contenerlo, aunque hubiese los Resguardos que hubiese. La razon es clara porque los almacenes están a la borde del agua, i mui poco es el riesgo que se pasa en pasar de playa a bodegas cualquiera contrabando; i aunque éste sea visto i sorprendido por el guarda, se negará por el contrabandista, quien puede probar que aquellos mismos tercios i cajones con las mismas marcas i números, los han sacado de la Aduana el dia anterior o en aquel mismo dia: esta es una maniobra tan fácil, que cualquiera puede practicarla, sin que pueda convencérsele de mala fé.
Excmo. Señor, lo que tiene el estranjero, para abstenerse del contrabando, es el camino de treinta leguas que hai desde el puerto a Santiago, camino en que no puede maniobrar sino descubriéndose al carretero, al peon, al arriero i a otros a quienes temen porque pueden denunciar les. Bien está que una que otra vez escape algún contrabando, i que se haga alguna suplantacion en el camino. Uno que otro hecho de esta naturaleza en ningún Estado del mundo es inevitable; pero la escandalosa repetición de estos actos, el descaro de pasar por alto quinientos cajones de vino, como lo hemos visto, esto es obra de un puerto en donde de la playa a la bodega hai tanta distancia como desde la puerta a lo interior. Esta facilidad, esta proporcion i este fácil adito a la introduccion clandestina, es la que busca el inglés i de aquí es que suspira por que Valparaíso sea la factoría donde terminen sus negociaciones.
¡La Aduana jeneral en Valparaíso! Muchos miles de rezago debia tener el Estado para ponerla allí. ¿I por ventura carecemos en Valparaíso de Aduana? El nombre Jeneral no es un antídoto contra el contrabando. Sea buena i vijilante la que allí tenemos, bueno, vijilante i bien pagado el Resguardo i bien calculadas otras medidas que luego indicaremos, que todo irá por buen camino i por el orden debido.
Basta, Señor, que ellos propongan este proyecto, para que el Gobierno, si no penetra sus miras, trepide sobre su resolucion, porque el estranjero, político i comerciante viejo, posee en grado eminente la ciencia del cálculo, no inculcando tanto en la utilidad presente cuanto en la futura; i ya estamos cansados de ver que pierden i sacrifican este año un millon de pesos por ganar veinte de aquí a dos años. Señor, tengamos, por Dios, la vista de un Argos; temamos que lino sola plumada nos pierda. Hai asuntos que con la firma que se autorizan se revocan; pero un establecimiento de esta naturaleza, un emporio de comercio estranjero, que debe con el tiempo ser poderoso, sostenido, numeroso i protejido por una marina dominante i estranjera, es preciso tiemble el pulso para firmarlo. Puede en algún caso imprevisto causarnos mucha amargura tal