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SESION DE 19 DE ENERO DE 1819

dadanos a sus propiedades, olvidando cuanto resentimiento quede a ambas partes, indultando jeneralmente a toda especie i clase de jentes, convidándoos con una paz eterna i duradera. Ea, hermanos! yo vengo a enjugar las lágrimas del arrepentimiento i a conquistar buenamente corazones para la Patria. Si mis dulces palabras admitís, sereis jeneralmente perdonados; i de lo contrario, sereis infelices. Ea, pues, id, infelices! volved en medio de vuestros compatriotas; yo vengo en medio de vosotros para castigar el delito, protejer la inocencia i vengar la sangre de mi finado anterior compañero el comandante Cienfuegos i hermanos. Yo sé el daño que vosotros nos habeis hecho; sé hasta dónde se estiende el derecho terrible de conquista; sé hasta dónde podríamos llevar la venganza; pero vosotros estabais engañados, desviados por un espíritu de fanatismo, ajitados de delirio; vosotros sois vencidos, desdichados sometidos; i si os arrepentís, nosotros seremos jenerosos, magnánimos i compasivos. El rasgo de jenerosidad de la Nacion Patria será con vosotros, i de nó la fuerza lo definirá i decidirá. Entretanto, hacedles saber a estos infelices que os acompañan cómo sabemos nosotros perdonar i vengarnos. —Francisco Molinas. —A los comandantes de las fuerzas sitiadoras.

Soldados de los Ejércitos de la {Patria, fieles a las máximas que profesan, proteje la Relijion, a vosotros i al pueblo: El soldado de la Patria lleva en una mano la bayoneta i con la otra ofrece paz, proteccion i seguridad. Desdichados de aquellos que la despreciaren i que, seducidos por hombres profundamente hipócritas, trajeron dentro sus casas la guerra, sus horrores i la venganza de unas tropas que en ocho meses han hecho cuatrocientos i mas prisioneros de las mejores tropas de Marcó, Campiño i Ordoñez, cojido quince presas de artillería i, en una palabra, habeis destruido i desbaratado en nueve ocasiones al enemigo, siendo siempre triplicada fuerza a la vuestra; habeis en parte ayudado a la Hacienda nacional con las dos barras de oro que en la costa de Maule se le tomó. —Señores Oficiales, sarjentos, cabos i soldados: órden i subordinacion es la madre de la defensa. —Ea, pues, compañeros! ésta no es ya una guerra defensiva sino una guerra de invasion; son conquistas las que vais a hacer; fuera equipajes, estais con poca artillería, sin vestidos, sin zapatos, pagados de vuestros sueldos escasos, de todo estais faltos; pero, como me lisonjeo i glorío, ricos en valor. —Pues bien, ved allí vuestros enemigos llenos de un todo, ropas, dinero i artillería. —Vosotros teneis valor, hierro i plomo. —Sostenémonos i defendémonos, que seremos i haremos a la Patria feliz. —El enemigo es cuatro veces mas numeroso que vosotros; así adquiriremos mas gloria. —Os encargo particularmente todos los sacerdotes, relijiosos i ministros de la Relijion: serán protejidos, si se portan segun los principios del Evanjelio; i si son los primeros en quebrantarlos, serán tratados militarmente i con mas severidad que los demas ciudadanos. Por lo que, viva la Patria! Morir, morir por ella ántes de rendirse! que así lo hará vuestro compañero. Molinas.

Finalizados estos pasos, despues de diezisiete dias de riguroso sitio, fuí atacado por trescientos fusileros de línea al mando de los oficiales Piñuel, Benavides i Diaz, i dos mil indios i españoles al mando de los caciques Malilo, Collinahue i Mani i el paisano Parada. Despues de nueve horas de un contínuo i vivo fuego de cañon i fusil, hicieron los mayores esfuerzos para tomarme las trincheras, incendiándome el pueblo, asaltándome las trincheras, i por mi buena i acertada disposicion fuimos librados de sumerjir en manos de los bárbaros; i viéndome con solo quince tiros de cañon i seis cada individuo de los ochenta que en aquella plaza tenia, me obligué a tocar a degüello i salir a estrecharme a la bayoneta; i mediante esto, liberté a aquel pueblo i tropa, dejando el enemigo sesenta i dos cadáveres i porcion de heridos que me consta llevaron a Tobal, i mi pérdida fué de seis muertos, incluso un sarjento de artillería i cuatro heridos. —Mis valientes soldados gritaban a voces: vimos a nuestro capitan Molinas de soldado, de artillero, de armero i de Jefe. En esta accion, en estos lances es cuando los soldados son testigos oculares de la comportacion de los oficiales.

Otra: en todo el tiempo que hubo varias partidas crecidas de tropas i oficiales a la costa del Tomé, Pampanitos i Pingueral, jamas pudieron privar al enemigo el que conduciese víveres a Talcahuano ni ménos tomarles una sola lancha ni bote; i apénas fué el suplicante cuando les tomó dos canoas, un bote i una lancha grande perteneciente a la fragata la Victoria, apertrechada de un todo, adjunto su tripulacion i tasada en mil pesos, la que nos sirvió en la pasada del Maule, viniendo en retirada de Concepcion; i su jeneral Ordoñez les decia: Apostara que Molinas está en la costa, i si éste está escusen el ir, porque serán pillados; pues solamente este diablo tiene astucias de guerra. —Hicieron prodijios para pillarme, atacándome por mar i por tierra, i siempre los amolé.

Señores Excmos., si el mismo enemigo confiesa esto ¿a qué estamos con el velo de hacer perecer a un patriotazo tan útil (desgraciado entre los nuestros, pero afortunado al Campo de Marte), tan injustamente i tan sin razon i a un hombre de mi clase, sentimientos i comportacion?

VV.EE. bien verian en la representacion fecha 25 de Noviembre próximo pasado mi delito o lo que quisieron ser delito; bien satisfecho estoi por un señor abogado i que ahora tiempo fué asesor de una Intendencia, me dijo: "Molinas, he visto todos los autos mui atentamente i no hai una lei, ni ménos un artículo de Ordenanzas que lo condene a Ud. mal; ántes bien, por la medida que Ud. tomó se le debia dar una com