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Página:Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de Chile - Tomo IX (1824).djvu/195

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SESION DE 26 DE MARZO DE 1824


cer de aquellos acontecimientos, i el término de divergencia del Norte no es tan fructuoso como debia ser. S. E., el Libertador, que marchó de esta capital, desde el 11 de Noviembre, con una fuerte división de tropas unidas hácia Huaraz, con el doble objeto de mediar con Riva Agüero i de pasar oportunamente la cordillera, ha visto logrados sus designios por el patriotismo de los peruanos, i por los medios que empleó para situarse ventajosamente: de modo que ni los partidos pudiesen ser funestos a esta República, ni el enemigo aprovecharse de ellos; pero S. E. ve frustrado en una parte esencial su plan de operaciones.

"El Libertador ha deseado siempre i lo ha manifestado francamente al Gobierno de Chile, que las tropas de ese Estado, o se dirijiesen lo mas al sur posible, i emprendiesen sus operaciones bajo la inmediata dirección de ese Gobierno, o viniesen todas al Callao para darles la dirección conveniente. Esta última determinación la comunicó al jefe de la espedicion por medio del coronel Sánchez, i solo al Gobierno de Chile ha manifestado la primera. Actualmente, señor Ministro, permítame US. que le haga presente la situación de este país i la en que va a encontrarse el Libertador. Si la división chilena que ha regresado a Coquimbo, no recibe órdenes de su Gobierno de obrar inmediatamente por el Sur para internarse en Potosí por Atacama o Tarapacá, auxiliada de cuanto es necesario por ese Gobierno i bajo el plan que S. E., el Libertador, ha indicado en diferentes ocasiones a US. para que lo espusíere a la sabiduría del Gobierno de Chile; todas las tropas españolas, libres de temores por el Sur, convertirán su atención al Norte, i cargarán en una masa considerable sobre el Libertador, que actualmente no puede oponerles otra igual, ni en número ni en clase. En esta situación no se necesitan reflexiones para calcular el resultado, aun cuando S. E . esté dispuesto a hacer por el Perú esfuerzos inauditos i servicios costosos; pero, sí el Gobierno de Chile, constante en los principios de jenerosidad i de mutuo Ínteres que le estimulan a obrar de acuerdo contra el enemigo común, dispone que las tropas que han regresado a Coquimbo, reforzadas poderosamente si es posible por otros cuerpos de ese Estado, marchen a ocupar el Potosí i demás provincias del Alto Perú, entonces el enemigo tendrá que mantener necesariamente en el Sur una fuerza considerable, i no podrá traer al Norte una que sea superior a la que actualmente está a las órdenes de S. E., el Libertador, i que pueden aun aumentarse poderosamente con los cuerpos veteranos de Colombia, que ha pedido S. E . i de los cuales se sabe que han salido de Panamá cerca de dos mil con dirección a Trtijillo, i con las mas tropis que se esperan sucesivamente; pues, S E., luego que llegó a esta capital, pidió al Gobierno de Colombia tres mil hombres mas, fuera de otros tantos que habia pedido ántes.

Es bien sabido lo difícil que es el embarque i conducción de tropas de lugares tan distantes, el tiempo que se emplea en estas operaciones i las pérdidas que se sufren, i es también notorio el estado de miseria a que está reducido el Perú i que no tiene nada con que contar en su Tesoro, ni crédito, ni recursos de ningún jénero, miéntras su situación sea tan difícil i tan peligrosa; i de consiguiente, toda operacion es aquí doblemente lenta i tardía, por no decir imposible. Entretanto el enemigo, obrando con suma rapidez, debe volar al Norte a ver si logra batir las fuerzas del Libertador, ántes que reciba estos refuerzos i ántes que note su disposición de resistirlo. Mas, una invasión por el Sur le quitaría el carácter decisivo que puede tomar, i lo pondría en estado de ser débil en los estremos de una línea inmensamente prolongada. Sin embargo, el enemigo, cualquiera que sea la invasión que se haga por el Sur, parece probable que cargue la mayor parte de sus fuerzas al Norte, donde existe un ejército que es el único que por ahora lo alarma i le impide la posesion de este país. I esta es, señor Ministro, la oportunidad de que obren con buen suceso las tropas del Sur.

Cuando S. E ., el Libertador, marchó al Norte, contaba con las tropas de Chile, de la Plata, de Colombia, i contaba con el sometimiento de las de Riva Agüero, para hacer un ataque de frente al enemigo, con un ejército mui respetable; pero el funesto e inesperado suceso de la vuelta del ejército chileno a su país, desconcierta su plan, anula su designio i le impide esperar los resultados que se prometía, i ménos aventurar la suerte de esta República a un combate desigual, que perdido seria funesto para todos los Estados limítrofes.

En este estado, señor Ministro, creo de mi deber hacer a US. esta esposicion, para que se sirva someterla al Gobierno de Chile que, penetrado de la crítica situación de los intereses americanos en el Perú, adoptará la medida de continuarle sus jenerosos i eficaces auxilios, del modo que su sabiduría tenga a bien, atreviéndome a recomendarlos cordialtnente en obsequio de una causa que nos es comnn; i para que, sabiendo S. E., el Libertador, las medidas que adopte Chile, pueda arreglar su conducta de operaciones bajo principios ciertos i seguros, i no esponer de ningún modo la suerte de un pueblo que se le ha confiado. La brevedad o, mas bien dicho, la rapidez con que debe obrarse, no creo que se deba recomendar a un Gobierno que conoce el abismo que amenaza a esta República si se pierde un momento. I esta brevedad se hace tanto mas esencial, cuanto que el territorio que actualmente ocupan los patriotas, no puede sostener por mucho tiempo la masa de tropas que gravita sobre él."

Lo que trascribo a US. para que se sirva elevarlo al superior conocimiento de S. E., el Supremo Director.