Moneda, cuanto por la total falta que hai de máquinas, utensilios i reactivos para operar i mi notoria quebrantada salud, creo como imposible llevar a debido efecto esta sábia i benéfica providencia de V. E. A lo que se agrega (lo confieso sin rubor) que mis conocimientos no son tan estensos como se requieren para la enseñanza de ciencias tan vastas. Mas, esto no obstante, siempre que por V.E. se me faciliten los utensilios, máquinas i demas cosas que espreso en el adjunto papel, me sacrificaré gustoso, los ratos que me permita el desempeño de mi ministerio i mis enfermedades, a favor de la noble juventud de este reino, que es cuanto por ahora puedo esponer a V.E. —Dios guarde a V.E. muchos años. —Santiago de Chile i junio 1.º de 1813. —Francisco Rodriguez Brochero.
El reino mineral nos ofrece a cada paso objetos dignos de admiracion, i consiguientemente, de que ocupen, para la instruccion pública, un lugar distinguido en los gabinetes de historia natural. En atencion a esto, i para realizar en la parte que fuere posible el que nuevamente se ha empezado a establecer en esta ▼academia de San Luis, es indispensahle procurar adquirir hasta duplicados ejemplares, ó, por lo ménos, uno bien caracterizado, de los minerales i fósiles siguientes:
Caliches de oro, de los mas raros i hermosos que ofrezca la naturaleza.
Piedras con oro, ya sea en forma de granos, láminas, hojas, hilos, o en cristalizaciones.
Pacos de oro, oro espejado, soroches con oro, i oro con cinabrio.
Plata blanca, o plata nativa, con las mismas variedades i formas que se ha dicho del oro.
Plomo blanco, plomo ronco, polvorilla, tacana, rosicler, pavonados, negrillos, cochisos de yema de huevo, azufrados i atabacados.
Minerales de cobre, ya sea nativo, de pecho de paloma, siguagros, pavonados, campanil o amarillo.
Bronces dorados, blancos i amarillos, tanto cristalizados cuanto sin cristalizar.
Azogue vírjen i cinabrios de todas suertes.
Metales espejados, chumbres, chachal, antimonios, arsénicos, oro pigmentes i rejalgares.
Minerales de estaño, de hierro, piedra iman, calaminas i arsénico.
Azufre cristalizado i en masa.
Alcaparrosa verde, azul i blanca.
Soroches falsos i con agujas, menudos, acerados i de carne de vaca.
Champas, chapapotes i breas, carbon de tierra i de piedra.
Sal común en masa i cristalizada, ya sea con color o sin color.
Piedra pómez, piedra alumbre, i de cuantas se hallen inmediatas a los volcanes.
Pórfidos, jaspes, i pizarras con impresiones de plantas, peces, etc., o sin ellas.
Cristales de roca, de varios tamaños i colores.
Piedras de candela, de ala de mosca, i guijos de los dientes de perro.
Piedras de cal, o caliza en masa i cristalizada.
Alahastros, mármoles, talcos i yesos de todos colores.
Últimamente, se colectarán i remitirán todos cuantos cristales, piedras, tierras, sales, betunes i sustancias metálicas conocidas i desconocidas se puedan adquirir; con tal de que difieran en alguna cosa, i a las cuales se les darán los nombres propios del pais, i declarará los parajes de su nacimiento. Su remision se hará con el mayor esmero i cuidado, en cajones que contengan afrecho o paja. —Santiago, i agosto 31 de 1804.
Con fecha de 23 de junio he recibido un oficio de US., en que me pide razon de las rentas fijas i eventuales de este colejio de mi cargo; cuyo asunto espondré a US. sumariamente, atendiendo a la brevedad que encarga.
Las rentas fijas (que llamo así, por la asignacion fija que tiene el seminario en los ramos de que proceden) se reducen al producto de diezmos, capellanías, curatos i censos. El de diezmos sube o baja a proporcion de la masa diezmal; pero, completando unos años con otros, se puede regular por renta fija, la cantidad de dos mil seiscientos pesos. El de curatos i capellanías, si se verificara su cobro cabal, subiria, sin duda alguna, a dos mil pesos anuales; í hoí, puedo asegurar que ambos ramos no producen ciento. Para remediar este daño se pueden tomar arbitrios mui fáciles, siempre que el prelado se empeñe en ello. De censos, cuyos principales ascienden a dos mil i tantos pesos, se recaudan seiscientos pesos.
De eventualidades, no tiene otra entrada el colejio que la de los colejiales que pagan, de los cuales hoi solo hai tres, que productan ciento i cincuenta pesos. Que la renta total del colejio sube a tres mil cuatrocientos cincuenta pesos, es cuanto puedo informar a US. en el asunto. —Dios guarde a US. muchos años. —Santiago, 2 de julio de 1813. —Manuel Hurtado. —Rector del seminario. —Señores de la junta de educacion.
Paso a manos de V.S. el plan del instituto que se sirvió encargarme, no para que se presente en el estado informe a que por la escasez de mi talento i premura del tiempo he podido leducirlo, sino para que, mejorándolo V.S. con sus distinguidos conocimientos, lo haga digno de que llegue a adecuar el grande objeto de la