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Página:Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de Chile - Tomo VIII (1823).djvu/640

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SESION DE 29 DE DICIEMBRE DE 1823

Allí en un hermoso teatro adornado con gusto i brillantez se hizo la solemne promulgacion que fué recibida entre los vivas i aclamaciones del pueblo que la escuchaba. Concluida esta ceremonia, se cantó un himno patriótico, i se retiró S. E. i corporaciones. El 1.º por la tarde se repitió en la Alameda de los tajamares la promulgacion de la Constitucion. Este acto se verificó con igual pompa i entusiasmo de los anteriores, i la inmensa concurrencia manifestó de un modo inequívoco, el júbilo con que aceptaba el pueblo la lei constitucional dictada por los representantes de la Nacion. Por la noche se representó en el teatro el drama de La Constitucion. Este espectáculo cómico correspondió en un todo a la dignidad de una funcion cívica. Es especiosas alusiones i brillantes alegorías, recordaron la marcha del Estado durante el curso de la revolucion. Allí parecieron sensiblemente los riesgos que hemos corrido en nuestra infancia política, los obstáculos que nos ha presentado la ignorancia, las envejecidas habitudes, i la preponderancia de nuestros opresores; i en fin, al través de tantos escollos, la libertad se presentó en un trono artificiosamente iluminado.

En su presencia se ejecutó un gracioso baile por personajes alegóricos que designaba las naciones del orbe que concurrian a porfia a presentar a la Nacion chilena sus homenajes i congratulaciones. Se terminó este espectáculo con un himno patriótico, consagrado al amor i respeto de la Constitucion política del Estado.


ANEXOS

Núm. 1.001


Discurso leído a nombre del Supremo Director en la sesion estraordinaria del 29 de Diciembre de 1823


Señores Diputados:

Como primer funcionario de la República he venido a consagrar en medio de vosotros la promesa de obediencia i respeto que ofrezco a la Gran Carta que establece los derechos de la Nacion, asegura su suspirada libertad i dá a los chilenos una Patria. Habéis llenado dignamente los votos públicos, i los sacrificios i esfuerzos de trece años se reúnen hoi en la memoria de los ciudadanos para acumular sobre vosotros toda la gloria que merecieron. La Patria agradecida, la Patria que vé prepararse en ese Código sagrado su destino feliz i el de la posteridad, os tributa conmigo el homenaje de eterno reconocimiento que os es tan debido. Pero aun restan servicios que coronen vuestro mérito i que debeis a la Nacion que tan jenerosamente confió su suerte a vuestro patriotismo. Para poner en ejercicio la Constitucion debe el Congreso nombrar los funcionarios que por ahora no puede elejir el pueblo. Son tantas las bondades con que me habéis distinguido que ellas me inspiran la confianza con que os hablo en materias en que mi interes es el vuestro, el bien de la Nacion i nuestra propia gloria. Yo confio en que el amor público del Congreso, subrogando en todo su sentido la eleccion popular, llamará a tan altos destinos a los que, por el conocimiento anticipado de su mérito i virtud, señala la opinion pública; nada influye tanto en el concepto de una nacion ni concilia mas el aprecio i crédito que la justa eleccion de los funcionarios. En vano seria presentar en la Constitucion un testimonio de la sabiduría, liberalidad i rectitud de los representantes, si el primer paso que diesen en su ejecucion no fuese un efectivo comprobante de estas virtudes; los prodijios que obró el patriotismo en España i que asombraron a la Europa en la primera invasion de los franceses fueron en su mayor parte debidos a la opinion adquirida por Fernando, cuando por el primer acto de su autoridad llamó a ocupar los Ministerios las personas mas acreditadas de la Nacion. En la carrera de la majistratura yo os recomiendo a los actuales funcionarios que deben ser preferentemente atendidos si positivamente no desmerecen. Los dilatados servicios en unos i la consagracion esclusiva en todos a esta carrera de mérito, no permiten que sean postergados en igualdad de circunstancias. ¡Desgraciados de nosotros, señores, si alguna vez, apartando la vista de la inmensa mayoria de chilenos adheridos a la causa de la libertad i agobiados de sufrimientos i servicios en su obsequio, la fijásemos sobre los que miraron con indiferencia o con sonrisa la esclavitud de la Patria!

Llamados a las primeras majistraturas los hombres, cuya virtud, patriotismo e ilustracion sean una garantía del acierto con que deban dirijir la Patria por la senda de la Constitucion, nuestras esperanzas están cumplidas i reposando la Nacion sobre la justicia de sus derechos, sobre el sentimiento de su fuerza i firmeza i sobre la sinceridad de nuestra cooperacion, no tiene que recelar de los peligros esteriores i su tranquila confianza concurrirá a la pronta organizacion de su réjimen interior.


Núm. 1.002[1]


Discurso de don Juan Egaña

El Soberano Congreso ha oido con entusiasmo el discurso de V. E., i le asegura por mi órgano de hallarse penetrado de los mismos sentimientos que le animan por la felicilidad del

  1. Este discurso ha sido trascrito del Redactor de las sesiones del Congreso de 1823, pájina 1S4. (Nota del Recopilador. )