Página:Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de Chile - Tomo VII (1823).djvu/26

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido validada
29
SESION DE 29 DE MARZO DE 1823

ella misma hizo posteriormente. La policía, absolutamente abandonada en todos sus ramos, no existe, así como tampoco no hai un establecimiento de beneficencia pública, o que fomente nuestro comercio, nuestra minería, nuestra industria i nuestra agricultura.

Nuestra fuerza militar se halla consignada en manos del jeneral Freire, de este oficial que, en catorce años de servicios no interrumpidos i en acciones gloriosas que llenaron de gozo a la Patria, acreditó su amor público i su moderacion. Si el manejo de la Junta no hubiese sido tan franco i manifiesto; si el testimonio de la conciencia no asegurase a sus vocales que han hecho cuanto en bien del país pedian el honor, la justicia i la política; si en las circunstancias eminentemente difíciles en que se ha visto constituida encontrase otro camino que haber tomado, ella temería que en este punto la cargaseis con una responsabilidad a que no pudiese satisfacer. Cuando espiró el Gobierno Directorial, era el jeneral Freire el ciudadano que reunía la opinion universal; era tambien el único que podia contener el ímpetu de pasiones exaltadas i los funestos efectos de ilusiones políticas nacidas de principios mal entendidos i aplicados; en suma, era el hombre que debia arrancar a la Nacion de las garras de la anarquía que amenazaba devorarla, i dar a su Patria una suerte mas gloriosa. Jamas mortal se vió en circunstancias de hacer servicios mas importantes al país en que vió la luz, teatro de sus fatigas i de sus laureles. Su voz, escuchada con las íntimas efusiones del placer i del reconocimiento desde un estremo a otro de la República, debia ser la señal de reunion de todos los pueblos bajo un Gobierno tan respetable i vigoroso como el que acababa, i tan liberal, justo i benéfico como teníamos derecho a esperar. En semejante coyuntura, se presentó en Valparaíso con un ejército i una espedicion salida de Talcahuano despues de haber recibido comunicaciones de la Junta donde le manifestaba sus cordiales sentimientos, la separacion del Director i la conformidad de votos de la Nacion. Este acto, que acaso fué mirado por algunos como indicio de una conducta hostil o solapada; como indicante de pretensiones exorbitantes, que se quisiesen hacer valer con las armas, como distante del respeto i consideracion debidas al Gobierno, sin cuya anuencia i aun sin pretestos, se trasportaba un ejército al territorio de su mando, sorprendió a la Junta, pero no la inquietó. ¿Por qué desconfiar del hombre cuya modestia i liberalidad de principios eran tan notorios i tan jeneralmente proclamados? ¿Cómo recelar del ciudadano en quien la Patria ponia sus esperanzas i a cuya virtud se confiaban sus destinos? El fué invitado a pasar a Santiago, él fué llamado a los acuerdos que tenian por objeto el bien jeneral de la Nacion. Os aseguramos, señores, que no hemos omitido medio, temperamento, fatiga para cortar con su influjo las diferencias públicas. Reclamó el mando del ejército que existia en la provincia de Santiago, i le fué concedido en prueba de nuestra ilimitada confianza, como garantía de nuestra uniformidad de sentimientos i con la condicion de reconocer la autoridad de quien recibía este mando, para no faltar a los deberes que nos impusieron los pueblos cuando, junto con el Gobierno, nos entregaron la fuerza destinada para su defensa i responsabilidad. Al observar que, sin establecerse el Gobierno central, el jefe que se titulaba jeneral de una provincia independiente de hecho, trasladaba allí las tropas de Santiago, al notar que se removian comandantes, se nombraban otros sin consulta de la Junta i aun contra su voluntad, ésta hizo las reclamaciones que creyó convenir a su deber i a su dignidad. Los Ministros de Estado os pasarán la correspondencia seguida entre la Junta i el jeneral Freire por los diversos departamentos del Ministerio. En ella encontrareis que este jeneral ha declarado solemne i formalmente que ni él ni el ejército están sujetos a la Junta, i que no reconoce en ella autoridad alguna sobre la fuerza militar, cuyo mando independiente i esclusivo corresponde a él mismo. En ella observareis igualmente que por este motivo se suspendieron las providencias acordadas para el pronto envío de tropas en auxilio del Perú, mal que, entre los actuales, no ha sido el que ménos ha aflijido los dias amargos de nuestra administracion.

Si la Junta no ha podido conservar una estrecha armonía con el jeneral Freire, os recomienda fuertemente, señores, que procureis conseguir este bien. No olvideis que es el hombre único que puede salvar la Patria, i contad seguramente con su desprendimiento. Llamadle a vuestro seno, i sed mas felices que nosotros en inspirarle confianza i borrar impresiones que suenen a provincialismo o principios destructores. Que los jenios maléficos, que los que aspiran a un interes personal, que los irreflexivos e inespertos no triunfen i arranquen los laureles pacíficos reservados para los ciudadanos que restablecen su Patria oprimida por males interiores.

Si el jeneral Freire, al conservar independiente el mando de la tropa, ha querido evitar los estragos de la guerra civil, resultado preciso de la anarquía; si, ha tratado de impedir la disolucion del ejército; si con toda la fuerza de la República a sus órdenes, ha querido conservar su influjo i respeto, para hallarse en situacion de hacer el imponderable bien de terminar desavenencias; si aprovecha su crédito i su opinion para restablecer inmediatamente la República a su anterior indivisibilidad bajo un Gobierno supremo i enérjico; si, con su fuerza no se constituye un espectador indiferente de las desgracias públicas, o deja abismarse a las provincias en eternas disputas sobre derechos i teorías; si en el mejor modo que permitan las circunstancias, i con las garantías posibles para asegurar provisoriamente la libertad, concurre a establecer un Gobierno pro