niente, para que auxilie a éste con mil pesos de trigo; porque, de lo contrario, perecen irremisiblemente parte considerable de los habitantes, i yo no puedo ser responsable a los males consiguientes que en el partido se esperimentan. Todo lo que anuncio a US. para su superior inteligencia. —Dios guarde a US. muchos años. —Florida, Agosto doce de mil ochocientos veintidós. —Domingo Cruzat. —Señor Gobernador Intendente de la provincia. —Es copia. —Binimelis.
Es copia de otra igual que queda en la secretaría de Gobierno, de que certifico. —Concepcion i Setiembre veintisiete de mil ochocientos veintidos años. —Juan Ignacio de Vargas, escribano de Cabildo.
Núm. 377
Son, señor, tan repetidos los clamores de los infelices habitantes de este partido por la falta de mantenimientos, especialmente el artículo del trigo, que es el que mas los abastece, que ya no hai corazon para sufrirlos, a causa de no haber quién les venda un almud por el precio estipulado en bando mandado publicar el ocho de Febrero próximo pasado, esponiendo los unos que pueden hacerlo, haberlo comprado al precio de dos pesos, i los otros aun mas, esperanzados en que se facilitase el pasaje de él a la otra parte del Maule. Yo no me dispongo a obligarlos a la venta de aquel precio, por no perjudicarlos, ni tampoco a permitirles lo hagan a mas por no hacerlos incurrir en la infraccion del citado bando. la fin de resolver con el mejor acierto, espero se sirva US. decirme lo que debo hacer en el particular. —Dios guarde a US muchos años. —Cauquénes, Agosto doce de mil ochocientos veintidos. —José Antonio Fernández. —Señor Gobernador-Intendente de la provincia. —Es copia. —Binimelis.
Es copia de otra igual, de que certifico. —Concepcion i Setiembre veintiséis de mil ochocientos veintidós años. —Juan Ignacio de Vargas, escribano de Cabildo.
Núm. 178
Pasa el sarjento de mi compañía, José Gregorio Larenas, a esa ciudad para conducir hasta ésta los veinticuatro lios de charqui, que US. ha ofrecido, para el consumo de esta division, prestándole en ésa los auxilios necesarios hasta Yumbel, que desde allí correrán de mi cuenta hasta ponerlos en ésta. La necesidad que hoi padezco de provisiones es mui grande, i así espero que US. me remitirá cualquier especie de manutencion para esta tropa, porque en este lugar no hai nada, por lo que las familias se hallan pereciendo. También pasa un trompeta de mi compañía a hacer componer dos instrumentos en esa ciudad. Por una mujer que ha venido de Biobio, sé que se hallan los indios reunidos para venir a invadir a este punto; yo siempre me hallo preparado para resistirlos, i solo carezco de víveres i nada otra cosa. Mis caballos están padeciendo gran detrimento con motivo a los muchos leones que tiene esta montaña, i cada noche me voltean tres a cuatro caballos, como igualmente los muchos ladrones que hai que solo se mantienen comiendo de esta carne. Con el mismo sarjento, remito a US. dos panes de los que se están vendiendo en Antuco a los soldados que se hallan en aquel destacamento; de aquí podrá US. inferir en el estado de apuros en que me hallo con respecto a la comida. Estoi arreglando los recibos del consumo que han hecho los piquetes de esta division, para su debido cargo. —Dios guarde a US. muchos años. —Tucapel, primero de Agosto de mil ochocientos veintidós. —Manuel Urquisa. —Señor Jeneral en Jefe del ejército del Sur. —Es copia. —Binimelis.
Es copia de otra igual que queda en la secretaría de Gobierno, deque certifico. —Concepcion i Setiembre veintisiete de mil ochocientos veintidós años. —Juan Ignacio de Vargas, escribano de Cabildo.
Núm. 379
Cuando les males tocan en perjuicio de la sociedad, es mas de exijencia su remedio, i cuando ceden en detrimento de la humanidad, parece también un deber arbitrarlos principios mas análogos para sostener en su verdadero ser aquel derecho tan recomendable en las mas cultas naciones. Mi feligresía, pues, o la mayor parte de ella, se halla en el último caso de necesidad. Se han sostenido con yerbas del campo, con carne de toda clase de animal, aun de los no usados o prohibidos; i, por fin, la de lobo, que hoi alimenta a los que por suerte lo merecen pescar, está causando graves enfermedades i numerosas muertes, a mas de las que he visto padecer de hambre, por no poderse facilitar aquel recurso. Estos sucesos seguramente me llegan al alma, i es mayor mi sentimiento cuando me veo en el duro lance de no poderlos remediar. Creo un deber ponerlo en noticia de US., para que, en su vista i presencia de hechos tan verosímiles i público i, resuelva lo que estime conveniente. —Dios guarde a US. muchos años. —Convento de nuestro padre San Francisco en Concepcion, Agosto dieziseis de mil ochocientos veintidós. —Frai Miguel Fonseca. —Señor Mariscal de Campo, Gobernador-Intendente de la provincia.
Es copia del oficio orijinal que queda en la secretaría de Gobierno, de que certifico. —Concepcion i Setiembre veintisiete de mil ochocientos veintidós. —Juan Ignacio de Vargas, escriba no de Cabildo.