Don José Pradeña.........4
Don Manuel Ruiz..........3
Don Vicente Prieto..........8
Don Matías Valdebenito........6
Don Agustin Fernández..........2
Don José María Moreno..........10
Don Bernardo Vergara.........8
Don Mateo Millan..........4
El cajero de Ramírez.........8
Muñoz, el Talquino.........4
F. Bustos.........2
Juan Manuel Ponce........3
Don Segundo Torres.........6
Joaquin Poblete........1
N. Altamirano.......14 4
F. Araneda.........14 4
Don Vicente Palma.........2
Doña Mercedes Tírapegui.........2
Don Juan de Dios Puentes.........3
Don Lucas Novoa.........3
Don Pedro José Fuentes..........8
Don José María Fuentes.........6
Doña Serafina Rioseco.........4
Don Pedro del Rio..........6
Don Pedro Zañartu...........6
Don Nicolas Pantoja............12
Don Nicolas Peñailillo...........4
Don Fernando Figueroa..........8
Idem sus señoras hermanas........8
Don Cárlos del Rio..........1
Don José Antonio Carte..........12
Don Juan Castellon........6
Don Domingo Binimelis.........1
Don Félix Antonio Novoa..........1
Don José Puga............10
Doña Juana Bustamante............6
Don Juan de Dios Rioseco........1
Don Fernando Bastidas...........1 4
Tomas Bastidas........1
José María Carreño.........2
Don Antonio Aguado..........1 4
Don Ramon Rivera.........4
Don Rafael Lucar..........1 4
Doña Cármen Varela............2
Don José Gacitúa........1
Don Juan Antonio Matus..........2
Don Antonio Figueroa..............1
Don Juan de la Fuente............2
Don Ramon Lantaño, en circunstancias de estarse acordando......17 2
El señor Gobernador-Intendente........25
Es copia. —Fecha ut sufra. —Vargas.
Núm. 383
Lastima el corazon mas empedernido el ver miseria de los habitantes de las doctrinas Rere i Talcamávida, que tengo a mi cargo, Desde fines de Julio último, llevo enterrados mui cerca de setecientos cadáveres en ambas parroquias, i su demasiada continuacion me ha impedido examinar a fondo el oríjen de sus fenecimientos. Por induvitable verdad, he hallado que solo es la necesidad de alimentos, porque, aunque han tocado los recursos de nutrirse con yerbas campesinas, se agotaron a impulsos de la muchedumbre que surtían. Los caballos, muías i burros, a pesar de ser muertos de flacos, han sabido sostener algunos mas dias a aquellos infelices, hasta que, desapareciendo estos medios, ocurren por fin a los perros, gatos i ratones. De aquí es que seguramente, no conviniendo estas sustancias con sus complexiones, sufren una epidemia que la hace llegar al último estremo. La continuacion de este mal es palpable i, como buen pastor, es de mi deber ponerlo en conocimiento de US., para que por su conducto llegue a noticia del señor Gobernador-Intendente, para ver si de algún modo se repara esta ruina tan perjudicial a la sociedad. —Dios guarde a US. muchos años. —Rere i Setiembre 20 de 1822. —José María Gallardo. —Al señor Gobernador del Obispado.
Concepcion de Chile i Setiembre 27 de 1822. —Pásese con el billete de estilo al señeir Gobernador-Intendente para los fines que indica el suplicante. —Andrade.
Es copia de sus orijinales, de que certifico. —Concepcion i Setiembre 27 de 1827. —Juan Ignacio de Vargas, escribano de Cabildo.
Núm. 384
En la sala capitular del mui Ilustre Cabildo, Justicia i Rejimiento de la ciudad de Concepcion, i en veintiséis dias del mes de Setiembre de mil ochocientos veintidós años, estando el señor don Esteban Manzanos, teniente coronel de ejército i alcalde de primer voto, presidiendo la Corporacion en Cabildo estraordinario, tratando i despachando asuntos i negocios propios de la representacion, propuso: que, por los documentos últimamente recibidos i anteriores de la capital, se infería sin equivocación que muchos o la mayor parte que componen aquella poblacion, dudaban de la necesidad en todo sentido que esperimentan los habitantes de ésta, particularmente: esta infeliz como desgraciada ciudad; ignoran asimismo la laya de especies con que diariamente se nutren por la suma escasez de los alimentos usados; de consiguiente, carecen de nociones de los sucesos últimamente ocurridos en la parroquial de Rere i demás inmediaciones de esta ciudad. I pará evitar oportunamente acaso otros mayores males, conviene, en obsequio de la humanidad aflijida, escribir a los señores Gobernador-Intendente de la provincia i eclesiástico del Obispado, haciendo presente estas desgracias, para que cada uno se sirva remediarlas, o tomar medidas para ello,