Núm. 712
Excmo. Señor:
▼Con fecha de ayer se ha prevenido a la Aduana de Valparaíso que, desde el veintinueve de Diciembre último, en que se publicó el decreto acordado por V.E, de diez del mismo mes, cesó i debió cesar el impuesto de un quince por ciento con que en Agosto del año próximo pasado se gravó, por el espacio de cuatro meses, la estraccion de frutos, i que, en su consecuencia, debe devolver lo que haya cobrado por razon de este impuesto, desde la publicacion de la Gaceta Ministerial, número 25, tomo 3.º, en los frutos de permitida estraccion.
Tengo la honra de ponerlo en la alta consideracion de V.E., en contesto a su honorable comunicacion fecha 25 del próximo pasado. —Dios guarde a V.E. muchos años. —Palacio Directorial, Marzo 6 de 1822. —▼Bernardo O'Higgins. —▼José Antonio Rodríguez. —Excmo. Senado.
Núm. 713
Excmo. Señor:
▼Tengo el honor de pasar a manos de V.E. el espediente iniciado por los vecinos de Puchacai, solicitando se les exima del impuesto sobre los licores, para que V.E. se sirva acordar lo que estime de justicia. —Dios guarde a V.E. muchos años. —Palacio Directorial, Marzo 8 de 1822. —▼Bernardo O'Higgins. -▼José Antonio Rodríguez. —Excmo. Senado.
Núm. 714
Señor Teniente-Gobernador:
▼Los individuos que suscribimos, como vecinos afincados en el partido de su mando, penetrados de la tierna consideracion que le merecemos por el torrente de males que la desolacion i la guerra ha descargado sobre nosotros, confiados ocurrimos a implorar su proteccion, para que se sirva apoyar en la parte justa la presente solicitud, haciéndola guiar por los conductos necesarios, hasta elevarla al conocimiento del Supremo Majistrado de la República, para obtener su superior resolucion.
Acaso el mundo civilizado no presenta en la historia de sus revoluciones políticas una mas horrible que la presente. Los disidentes de la causa justificada de los americanos, semejantes a los antropófagos, ni respetaron la tierna inocencia ni la venerable ancianidad. Los campos por todas partes dan magníficas señales de la crueldad inaudita de los opresores; huesos dispersos de cadáveres humanos; los fundos entregados al voraz elemento; vírjen la tierra del arado por la total ausencia de aperos, hace jemir inconsolable al infeliz labrador que esperimenta los efectos desesperantes de esta falta. En tan tristes circunstancias solo los consuela el incesante desvelo que observan en los dignos majistrados que los rijen, de que al fin emanará, en remuneracion de tantos males, una sólida i permanente felicidad.
Esponer a la consideracion de US. el cuadro de tantos horrores, seria difundirnos inútilmente, puesto que no hai un solo individuo que no esté orientado a fondo de nuestros trájicos i lamentables sucesos. Ellos son bien conocidos, i no hai ser racional, cuya sensibilidad no se interese al bien de nuestra aflijida situacion. El práctico conocimiento que US. tiene, mas bien que nuestra sincera esposicion, es el impulsativo mejor para que obre el efecto que esperamos.
Los bienes raices que no pudo devorar la maledicencia, son los únicos que forman en el dia nuestra subsistencia. En la mayor parte entran gravados con principales de que se paga anualmente el interes correspondiente. Su estado de aniquilamiento exíje gastos considerables para su reparación, i en mucho tiempo no pueden proporcionar lo que baste para una proporcionada i justa recompensa. En esta intelijencia, nuestro reclamo se termina a suplicar a S.E. el Señor ▼Supremo Director Jeneral, la abolicion del nuevo impuesto de licores. Esta gabela obra fué de los tiranos, que se ha continuado por necesidad, i por este principio mirada con cierto displacer. En esta gracia pierde poco el Estado. Su ascenso en el presente año es excedente a los anteriores, i solo llegó en la capital en subasta pública a 740 pesos, i en este partido a ciento. Los recaudadores interesados, nos cobran cuatro reales en carga de vino i doce en la de aguardientes por su introduccion en los pueblos; derecho a la verdad excesivo por la pobreza a que hemos sido reducidos, i lo que es mas, por la ninguna estimacion ni ménos estraccion que tienen estos frutos en época actual. Aquel es feliz que puede hacer la felicidad de sus semejantes i, pues nuestra peticion es compatible con la jenerosidad del Gobierno, por tanto,
A US. suplicamos se sirva dar a nuestra representacion el correspondiente curso con el apoyo que estime justo i conveniente, para que llegue a manos de S.E., de cuya beneficencia esperamos el resultado de que tanto necesitan los aflijidos habitantes de esta provincia, particularmente los que pueblan de esta parte del Itata, donde se han sentido mas las iras del furibundo Marte. Pedimos gracia, etc. —José Antonio Barriga. —Félix Sepúlveda. —Camilo Lermanda. —Diego de Mora. —Juan de Dios de la Barra. —Gregorio de la Barra. —Pedro Figueroa. —Camilo Mora. — José Antonio Vamagas. —Dionisio Venegas. —Alejan