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SESION DE 26 DE MARZO DE 1822

calcula el interes que cada uno de los tres Estados ha tenido en sus empréstitos, se verá también que Chile debia hacer un sacrificio como mil, cuando Francia i Prusia debieron hacerlo como uno, pues Chile lo necesita (o lo necesitaba en mi concepto) para hacer su independencia, miéntras Francia i Prusia solo trataban i solo podian conseguir de los suyos el pago de deudas atrasadas; i si es cierto que debiendo se puede existir, i que no se existe sin haber adquirido la existencia, es evidente que los sacrificios que Chile hiciese para conseguir su objeto, debian ser incomparablemente mayores que los de aquellos otros países que se hallaban en una situacion incomparablemente mejor.

Pero, la proporcion en que se hallan las ventajas ofrecidas en mis planes a los prestamistas con las que se ofrecieron en los de Francia i Prusia, i con las que despues se han ofrecido inútilmente por Rusia i España, no llega a ser la ventaja de un cincuenta por ciento ni con mucho, como se advertirá, siempre que se consideren detenidamente todos mis cálculos. Sobre todo, lo que convence mejor que mis proyectos han sido mas favorables a Chile que a los prestamistas, es que no ha habido uno solo entre ellos que haya querido aprovecharse de las ventajas que tan monstruosas parecieron al Excmo. Senado; i no debemos perder de vista que los hombres que destinan sus capitales a esta clase de negocios, jamas pierden la oportunidad de aumentar sus intereses.

Siempre dije a US. que no esperaba el mejor resultado en esta negociacion, i al verla postrada enteramente, no he tenido el sentimiento de hallarme engañado. Tengo sí la triste satisfaccion de haber hecho ofrecimientos de mas consideracion que los que el Excmo. Senado hubiera creido razonables; porque de este modo está ya fuera de toda duda que ningún otro hubiera conseguido lo que yo no he podido alcanzar; pues, es claro que ofreciendo ménos ventajas no podia conseguir mas dinero.

Por la contestacion dada a S.E., el Señor Director Supremo, por el Excmo. Senado, veo que felizmente no es tan desgraciada la suerte del país que nos obligue a saciar la codicia de los comerciantes, i yo me lamentaba de no haber podido excitarla. Así, parece que toda dilijencia de mi parte para llevar adelante el empréstito será de mas, aunque US. en su oficio número 24, me manifiesta, como he dicho arriba, el sentimiento de S.E. por la inutilidad de mis esfuerzos, i me encarga que no cese de trabajar para conseguir del modo posible un alivio a ese benemérito pueblo, cuyos sacrificios han sido muy grandes.

Yo hasta aquí he hecho cuanto he podido i hasta donde mis fuerzas han alcanzado. Haciendo mas de lo que hubiera creido razonable, no he conseguido cosa alguna; i ahora me alegro de que no se admitiesen mis proposiciones por los prestamistas, pues me veo en el embarazo que me presenta la resolucion del Excmo. Senado. Por esto creo prudente que si ese Supremo Gobierno alguna vez quisiese entablar negociación semejante, se sirva US. prevenirme circunstanciadamente lo que debo hacer i hasta dónde estienda mis proposiciones, evitando así los compromisos en que pudiera poner al Gobierno. —Dios guarde a US. muchos años. —Lóndres, Octubre 21 de 1820. —Antonio José de Irisarri. —Señor Ministro de Estado i de Relaciones Esteriores.


Núm. 760[1]

El oficio de US., número 24, de 27 de Junio del año próximo pasado, me manifestó el sentimiento del Excmo. Señor Director Supremo, por no haber tenido efecto mis dilijencias practicadas para levantar aquí un empréstito en favor de ese Estado; pero, al mismo tiempo, recibí otro oficio de US. de igual fecha, en que me incluye la contestacion que dió el Excmo. Senado a la consulta que se le hizo sobre el primer plan que yo formé para dicho empréstito; i sobre esto dije a US. en mi oficio número 84, lo que en aquella fecha me ocurría. Ahora viendo que, en tanto tiempo como se ha pasado, no he tenido ningún aviso de US. sobre lo que ha parecido a S.E., el Señor Director Supremo, del segundo plan que formé en unión del enviado de Buenos Aires; i persuadido mas que nunca de la necesidad que tiene ese Gobierno de realizar un empréstito semejante al que han realizado los demás Gobiernos del mundo, que se han hallado en iguales circunstancias, he creido insistir de nuevo en pedir a US. órdenes terminantes sobre esta materia, para que jamas se pueda atribuir a omisiones de mi parte el no haber conseguido este auxilio. En caso de aparecer alguna falta en mi conducta, quiero que sea la de haber sido llevado por mi celo mas allá de lo que era mi obligacion, i no la de haber omitido alguna cosa que pudiera contribuir a los objetos mas interesantes de ese Gobierno. Así, voi a dar a US. una idea exacta de la naturaleza de los últimos empréstitos que se han realizado en Europa, para que por ellos se deduzca lo que Chile debe esperar en favor en una negociación semejante; i despues manifestaré las razones que me hacen creer que ese Estado debe contratar necesariamente un empréstito en esta parte del mundo, para hacer sus gastos con una verdadera economía i con el mayor provecho.

El Gobierno francés hizo su empréstito con esta casa de Baring en 1815, dándoles vales de cien libras por cincuenta que recibió en dinero, i obligándose a pagar el interes anual de cinco

  1. Este documento ha sido trascrito del volumen titulado Ajentes de Chile en Gran Bretaña, 1818 a 1826, del archivo del Ministerio de Relaciones Esteriores. (Nota del Recopilador.)